El hallazgo de petróleo en las aguas adyacentes, ilusiona a los casi 3.000 habitantes de las islas Malvinas con la posibilidad de un auge económico, aunque prefieren no resignar la habitual tranquilidad con la que desarrollan sus vidas.
Esa calma se conmovió fuertemente cuando, semanas atrás, la empresa británica Rockhopper Exploration informó del hallazgo de crudo de alta calidad al norte del ventoso archipiélago.
Los empresarios locales ya vislumbran un enorme impacto para una economía basada sólo en la pesca y en el turismo. "Yo creo que será transformador", dijo el presidente de la Cámara de Comercio, Roger Spink.
Durante la década del '90, un estudio sobre el eventual impacto que tendría el descubrimiento de petróleo en grandes cantidades había revelado que la población podría duplicarse.
Ante el nuevo escenario, Spink cree que los kelpers deberán esforzarse en mantener su bucólico estilo de vida en el pequeño Puerto Argentino y en las fincas dispersas por las dos islas principales.
En cuanto al aspecto político, lo preocupa el aumento de la tensión diplomática con la Argentina --el territorio continental está apenas a 640 kilómetros--, que prometió bloquear las perforaciones.
"Estamos deseosos, por supuesto, de hablar con ellos sobre muchos temas, como el impacto de la pesca y las potenciales reservas de hidrocarburos", señaló Emma Edwards, miembro de la Asamblea Legislativa.
Otros residentes están preocupados por la vida natural, incluyendo las más grandes colonias mundiales de pingüinos y aves marinas. "Hay un sensible medioambiente aquí, una muy rica biodiversidad... hay que ser muy considerado de la vida salvaje", comentó el titular del organismo regulador del hábitat, Craig Dockrill.
Como ejemplo, y ante el enorme derrame de crudo que afecta al golfo de México, grupos conservacionistas creen que las Malvinas no podrían manejar un siniestro ambiental y aseguran que sólo tienen capacidad para manejar un máximo de veinte pingüinos contaminados.
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