Ayer, un grupo de funcionarios y técnicos de la Municipalidad de Paraná viajó a la ciudad de Buenos Aires en busca de soluciones ante las reiteradas roturas del principal caño de distribución de agua potable de la planta nueva, que ha fallado ya cuatro veces en lo que va del año, dejando sin agua al 35 % de la población. Se trata de una cañería de 900 milímetros de fibra de vidrio, material al parecer no adecuado al suelo local, que suele tener movimientos por la existencia de vertientes, con lo cual este tipo de caño en particular se resiente. Las roturas se han dado justo a la salida de la planta, en calle Rondeau y Echeverría, y unos centenares de metros más hacia el Este, en Circunvalación y López Jordán. El inconveniente es que ese único caño alimenta a dos centros de bombeo, que abastecen a las zonas noreste y sureste de la ciudad, dejando, cada vez que se rompe, a un tercio de la ciudad sin agua.
Ante este panorama y con “mucha preocupación”, la Comuna decidió enviar funcionarios a pedir ayuda al Ente Nacional de Obras Hídricas y de Saneamiento (Enhosa), organismo que planificó y construyó la nueva planta potabilizadora durante la gestión de intendente anterior, Julio Solanas. La idea era volver a Paraná con instrucciones para la prevención de roturas y darle un impulso nuevo a la gestión del “cierre sur”, un proyecto paliativo ya presentado ante el Ente, y que cobra más sentido ahora ante las reiteradas averías.
EN EL ENOHSA. La comitiva que viajó ayer estuvo integrada por la secretaria de Planificación comunal, Rosario Romero, el subsecretario de Saneamiento, Juan José Moreno, y personal técnico de Obras Sanitarias. Por la tarde Romero estaba volviendo a la ciudad, en tanto Moreno se quedó en Buenos Aires para continuar con las gestiones.
En diálogo con EL DIARIO, Romero informó que la Comuna está “buscando diversas alternativas como para lograr un funcionamiento óptimo de la cañería”. Concretamente, “buscamos la forma de evitar las roturas: en los últimos dos meses hemos sufrido tres roturas del caño de la nueva planta”, la cañería de casi un metro de diámetro que alimenta los centros de bombeo y distribución Lola Mora (noreste) y Gazzano (sureste). Recordó que “la obra la hizo la Nación, con el desarrollo del Enhosa”, por lo que los funcionarios se dirigieron a la Nación para conocer “cuáles son las medidas adecuadas para tratar de evitar nuevas roturas. Tuvimos dos reuniones con funcionarios nacionales en el Enhosa, ocupándonos de la situación”, dijo Romero.
La funcionaria advirtió que la fibra de vidrio “no es un material usual en la cañería de Paraná, no son así los caños de la ciudad. Por eso queremos nutrirnos de experiencia con respecto a la cañería de fibra de vidrio, y las modalidades para el manejo de este material”. Reflexionó que si bien “no podemos desde el lugar que ocupamos hacer que un caño no se rompa”, la idea es “buscar apoyo de quienes condujeron la obra”, señaló. Por otro lado, comentó que la empresa que fabrica los caños, Petroplast, estuvo en Paraná asesorando sobre las técnicas para soldar el conducto, con la última rotura, y también en la anterior.
El dato
$110 MILLONES destinó el Gobierno nacional, a través del Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa), para construir la nueva planta potabilizadora y las obras de distribución. La planta costó 66 millones y la obra estuvo a cargo de la empresa Degremont. En tanto, se estima que el resto del dinero fue para solventar tres centros de distribución y las cañerías a cargo de Isolux, según informó el subsecretario de Saneamiento, Juan José Moreno.
Piden $ 4 millones para un by pass
EN LA REUNIÓN DE AYER entre funcionarios municipales y personal del Ente nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa) se intentó dar un nuevo impulso al expediente para lograr financiamiento con el fin de construir un by pass, que permitirá abastecer a los barrios del sureste y noreste desde la planta de Ramírez, en caso de que el caño de 900 milímetros de fibra de vidrio siga rompiéndose. El proyecto ya ha sido presentado al Enohsa por Saneamiento comunal y consiste en un “cierre sur”: se tendería una cañería desde la planta vieja que la una con los centros de distribución Lola Mora y Parque del Lago, para enviarles agua producida allí (si es que estos centros dejan de ser alimentados por la planta nueva, ante una avería). Asimismo, el proyecto incluiría un caño nuevo paralelo entre la toma de agua y la planta nueva, por si se rompe también el caño que conduce el agua cruda a las instalaciones potabilizadoras.
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