Por primera vez desde que comenzó la exploración británica de petróleo en las islas Malvinas, Londres lanzó una embestida diplomática para defender su autoproclamada soberanía sobre el archipiélago y desconocer el reclamo argentino.
El gobierno conservador de David Cameron presentó ayer una queja formal ante la embajada argentina en Londres, en la que rechaza enérgicamente las restricciones de circulación que el gobierno de Cristina Kirchner dispuso hace tres meses para obstaculizar la navegación hacia las islas por aguas del país. En esos momentos estaba comenzando la exploración petrolera en el área del archipiélago.
La protesta se conoció dos días después de que la presidenta Kirchner reclamara en Madrid, durante la cumbre de mandatarios del Mercosur y la Unión Europea, que el Reino Unido accediera a discutir la soberanía sobre los territorios en disputa, como lo indican los pronunciamientos del comité de Descolonización de las Naciones Unidas. Ahora, a través del Foreign Office, la administración inglesa presentó una nota de queja en la que objeta las restricciones dispuestas en marzo último por la Casa Rosada, por medio de las cuales se obliga a todas las embarcaciones que circulen por el mar argentino y que toquen las islas Malvinas a pedir una autorización especial al Gobierno.
El texto fue presentado al encargado de negocios de la sede diplomática de nuestro país, dado que la Argentina no tiene embajador allí desde hace dos años. La nota dice que los decretos 256
2010 y la disposición 14/2010 "no se condicen con la ley internacional, incluyendo la convención de las Naciones Unidas sobre la ley del mar".
La queja diplomática sostiene que el Reino Unido no tiene dudas de su soberanía sobre las Malvinas y afirma que la administración británica "no tiene dudas de que las aguas circundantes a las islas no constituyen aguas jurisdiccionales argentinas".
La Cancillería, que conduce Jorge Taiana, analizaba anoche el contenido del reclamo y preparaba una respuesta diplomática en duros términos, dijo a La Nacion el vicecanciller Victorio Taccetti. El Gobierno citará en las próximas horas a la embajadora británica en Buenos Aires, Shan Morgan, para hacer saber su posición.
El gobierno argentino había tomado las medidas objetadas por Londres en marzo, con la intención de complejizar los trabajos de exploración hidrocarburífera que llevan adelante 150 kilómetros al norte de las costas de las islas cuatro empresas de bandera británica, con licencias concedidas por las autoridades malvinenses.
Cambio de estrategia
La acción diplomática británica representa un giro sustancial en su estrategia legal por las Malvinas, justo en momentos en que los trabajos de búsqueda de petróleo bajo el mar isleño comienzan a dar la pauta de que existen reservas comercialmente viables. El Reino Unido ha pasado, así, a ser proactivo en la defensa de su posición, y ya no sólo receptivo de los planteos argentinos.
La posición británica anticipa lo que será una dura batalla ante el Comité de Descolonización de la ONU, en junio próximo. Tanto la Argentina como las autoridades de las Malvinas se preparan para potenciar sus posiciones en ese organismo multilateral.
La Argentina aspira a redoblar su embestida, con el argumento de que el Reino Unido no sólo no se avino al cumplimiento del pronunciamiento de la ONU, sino que además adoptó medidas que potencian el conflicto en el territorio que se encuentra bajo disputa al impulsar la exploración hidrocarburífera.
No casualmente los argumentos de la nota verbal presentada ante la embajada en Londres orbitan justamente en torno de otra disposición de las Naciones Unidas. Según lo expresado en el reclamo, para el Reino Unido, de acuerdo con la Convención del Mar de la ONU, "los barcos de todos los Estados gozan del derecho de libre circulación por aguas territoriales y de libertad de navegación más allá del mar territorial". Incluso, la nota hace alusión a los acuerdos de circulación firmados entre la Argentina y Chile por el estrecho de Magallanes.
"Los derechos de navegación internacional de atravesar estas aguas de manera expeditiva y sin obstáculos están afirmados en el tratado de paz y amistad entre Chile y la Argentina de 1984 con respecto al estrecho de Magallanes", dice el planteo británico.
Esta semana, la presidenta Kirchner calificó como una "equivocación" la negativa de Cameron al pedido argentino de retomar el diálogo entre ambos países por los reclamos sobre las Malvinas y dijo que es "un mal ejemplo" que "los países poderosos" no acaten las disposiciones de la ONU.
ANTECEDENTES
16 DE FEBRERO
Pedir autorización
Ante los inicios de trabajos de exploración petrolera por parte de empresas británicas en Malvinas, la presidenta Cristina Kirchner dispuso por decreto que toda embarcación que circule por el Mar Argentino y llegue a las islas debe pedir autorización al gobierno argentino.
7 DE MAYO
Petróleo a la vista
La empresa británica Rockhopper Exploration Plc declaró que halló petróleo de alta calidad en la cuenca norte de Malvinas y estimó que podrían haber dos millones de barriles de crudo en el lugar.
18 DE MAYO
Reclamo de soberanía
Ante 60 jefes de Estado reunidos en una cumbre en Madrid, Cristina Kirchner reclamó la reanudación de las negociaciones con el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas.
20 DE MAYO
Respuesta por carta
El gobierno británico remitió a la cancillería argentina una nota de queja por la decisión de la Presidenta de obstaculizar la navegación hacia las islas.
"MANEJAR LAS DIFERENCIAS"
La embajadora británica en Buenos Aires Shan Morgan, pidió ayer "manejar" las diferencias bilaterales, en una alusión elíptica a la controversia planteada en torno a las islas Malvinas, a raíz de la queja del premier Cameron. Fue durante un ágape por el Bicentenario de la patria, en la residencia de esa representación diplomática. "Nuestros dos países tienen que manejar sus diferencias. Estoy convencida de que es posible cooperar y enfrentar desafíos en conjunto tanto como es posible manejar nuestras diferencias", dijo Morgan en el discurso de bienvenida.
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