Miles de manifestantes participaron este jueves de la Marcha Nacional Indígena, que culminó en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente a la Casa de Gobierno, donde fueron recibidos por la presidenta Cristina Kirchner, en el marco de la conmemoración del Bicentenario.
Los aborígenes comenzaron la Marcha el 12 de mayo, divididos en dos columnas y recorrieron 2.000 km para converger en Buenos Aires.
La columna que ingresó a la histórica Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, estuvo encabezada por los ancianos de las diferentes comunidades, rodeados de una multitud vestida con gorros multicolores de lana típicos de la región del altiplano, sombreros, ponchos y banderas de las diferentes comunidades.
La marcha reunió representantes de las comunidades wichi, toba y mocovi del centro del pais (Chaco), mapuche del sur (Patagonia), huarpe del oeste, guaraní del nordeste, coya del extremo norte (Jujuy), entre otras.
Representantes de los aborígenes tenían entregaron a la mandataria un "Pacto del Estado con los pueblos originarios para la creación de un Estado Pluricultural".
El documento contempla, entre las demandas más importantes, una decisión política inmediata que reconozca y restituya a los pueblos indígenas y sus comunidades las tierras aptas y suficientes que se encuentran en manos del Estado. La población indígena en Argentina representa el 1,4% de sus 40 millones de habitantes.
La posesión y la propiedad comunitaria de las tierras indígenas, el aumento de becas para estudiantes de primaria y secundaria, el financiamiento de 10 radios FM y una AM y la devolución de los restos del cacique Calfucurá, son algunos de los anuncios que el gobierno hizo a los indígenas locales, quienes fueron recibidos por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada.
Durante ese encuentro que duró mas de una hora la primera mandataria acordó con las organizaciones presentes "una agenda de trabajo que desarrollaremos en la primera quincena de junio y de la que la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, será garante", dijo el mapuche Jorge Nahuel.
Mientras tanto, indígenas del Consejo de Participación Indígena (CPI), representantes de organismos indigenistas provinciales e integrantes del Encuentro de Pueblos Originarios ingresaban al Salón de la Mujer, en el primer piso de la Casa Rosada donde se encontraba Hebe de Bonafini y la diputada nacional Silvia Vázquez.
Centenares de originarios vestidos con sus trajes típicos llenaron el lugar al que la presidenta ingresó flanqueada por los ministros de Desarrollo Social, Alicia Kirchner y de Educación, Alberto Sileoni.
La tinquina (cacique) del pueblo tonocoté, Solita Pereira, realizó una breve ceremonia, que incluyó invocaciones y la quema de incienso, y también la entrega de regalos, collares, ponchos, las famosas máscaras chané, entre otros, que la presidenta agradeció.
Mujeres de los pueblos qom (toba), avá-guaraní, y mapuche fueron las encargadas de contarle a la presidenta en sus propias lenguas sus requerimientos y expectativas que, tras un discurso en mapuzundun del lonko Elías Maripán, Cristina retribuyó.
La primera mandataria les manifestó su respeto y resaltó la importancia de "la libertad de elegir que tiene que tener cada persona, eso es lo más importante" y señaló la importancia de garantizar que quienes "quieran seguir con las tradiciones de los abuelos tienen derecho". "Me gusta que empiecen a pasar cosas que no pasaron en 200 años", dijo Cristina, finalmente, al aludir a la novedad de recibir a los indígenas en la Casa Rosada.
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