El presidente de la Delegación Argentina de Comisión Técnica Mixta (CTM), Juan Carlos Cresto, puntualizó que para una mayor generación de energía, en Salto Grande hay dos posibilidades: la optimización de las turbinas para una mayor generación con menor caudal, o la elevación de la cota normal a 36 metros. La idea de una mayor generación fue acordada en una reunión entre el presidente del Uruguay, José Mujica; y el Ministro de Planificación de la Argentina, Julio De Vido, pero no trascendieron detalles de la medida
“Salto Grande tiene dos posibilidades de aumentar su generación de energía: una es elevando la cota y la otra es cambiando el sistema no de turbinas, sino, para la gente entienda, las paletas que hacen girar las turbinas con un menor caudal de agua”, sostuvo Cresto en declaraciones a Diario Río Uruguay.
Es este último caso es el sistema que están estudiando los especialistas de Rusia, y que fuera motivo de un viaje a ese país el pasado años del entonces presidente de CTM, Juan Carlos Chagas.
De esa manera “las turbinas podrían funcionar con más potencia y generarían más energía con menor caudal de agua. Esto se está estudiando. Estamos hablando de un 4 o 5% de mayor generación de energía”, detalló Cresto.
• Elevar la cota
Elevar la cota del lago de Salto Grande presupondría preveer una serie de situaciones, fundamentalmente para quienes viven o poseen propiedades a la vera del lago de Salto Grande. “Lo que ha ido haciendo CTM es ir pagando a los ribereños afectados por las crecidas a la cota 35,50. Esto se ha ido pagando”, menciona en directa referencia al tema el actual presidente argentino de CTM.
“Hay conflictos con algunos ribereños por la determinación de los daños. Son 800 o 900 ribereños que se les ha ido pagando y hay un 10% aproximadamente que está en conflicto”, agrega Cresto. Con el objetivo de destrabar el tema “hemos tenido reuniones con ellos para llegar a la solución definitiva”, que para la CTM pasa por “pagar la servidumbre hasta la cota 37”.
La propuesta del organismo binacional es que los ribereños puedan seguir haciendo uso de la tierra cuando no esté inundado, “pero ya habrá costos propios de ellos, que al estar pagada la servidumbre deberá correr por cuenta de ellos”. En lo que hace a daños “se han pagado más de 15 millones de dólares”, reveló Cresto.
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