El objetivo formal es expresar el malestar ante la queja recibida. Pero el objetivo de fondo es de mayor alcance: no ceder terreno en la disputa con Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas, en momentos en que el nuevo gobierno británico ha comenzado a dar señales de que pretende endurecer su posición respecto de las islas en vista de que puede haber cuantiosas cantidades de petróleo bajo el mar del archipiélago.
Con ese doble propósito, la Cancillería citó para hoy a la embajadora británica en Buenos Aires, Shan Morgan. La diplomacia le entregará una repuesta a la reciente nota de queja en la que el gobierno del premier David Cameron cuestionó los intentos argentinos por bloquear la exploración hidrocarburífera en las aguas que circundan las islas.
La Cancillería analiza lo que puertas adentro se ha comenzado a interpretar como un leve pero sustancial cambio de estrategia por parte de la administración británica respecto de las islas, confiaron a LA NACION altas fuentes oficiales. La nota verbal del Foreign Officeencendió una señal de alarma en la diplomacia argentina, que puertas afuera procuró minimizar el impacto del reclamo. En el Palacio San Martín admiten que el Reino Unido ha pasado a una política más proactiva en la defensa de su posición respecto de las islas, en momentos en que las expectativas de que haya reservas comercialmente viables se incrementan.
En este contexto, el canciller Jorge Taiana le ordenó al jefe de gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alberto D´Alotto, que citara a Morgan. El colaborador de Taiana será el encargado de recibir a la diplomática con la nota del gobierno argentino. La escalada con la administración de Cameron comenzó con el reclamo público de la presidenta Kirchner en Madrid, una semana atrás, durante la cumbre de presidentes de América latina y la Unión Europea. Cameron no participó del cónclave, pero apenas horas después de que la jefa del Estado cuestionó la negativa británica a discutir la soberanía y el incumplimiento de las disposiciones de las Naciones Unidas, el Foreign Office emitió un comunicado en el que dice que el país no tiene dudas de sus derechos sobre las islas Malvinas.
Luego de eso, la flamante administración británica pasó a la acción: presentó una queja formal ante la embajada argentina en Londres, en la que rechazó las restricciones de circulación que la Argentina dispuso hace tres meses para obstaculizar la navegación hacia las islas con la intención de trabar, así, la exploración petrolera en el área. El texto fue presentado al encargado de negocios de la sede diplomática de la Argentina, puesto que el país no tiene embajador allí desde hace dos años.
La discusión por la soberanía de las islas cobró relevancia en el escenario internacional como consecuencia del inicio de los trabajos de exploración petrolera en las Malvinas, a comienzos de año.
La primera exploración no dio resultados satisfactorios. Pero a principios de este mes la firma Rockhopper anunció que había hallado crudo de alta calidad, lo que reavivó las expectativas del mercado y de los gobiernos. A tal punto que la última semana otra firma, Borders & Southern Petroleum, anunció formalmente que explorará a fines de año.
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