Casi cinco de diez bahienses no sufrieron la emergencia hídrica durante el pasado verano, mientras que tres lo hicieron sólo en algunas ocasiones, según los resultados obtenidos de un sondeo realizado para este diario por la consultora Cepeda-Belfiore y Asociados.
La encuesta también determinó que dos de cada diez vecinos padecieron de manera habitual la falta del abastecimiento o tuvieron problemas de suministro en reiteradas ocasiones.
El 60,5 por ciento de los consultados dijo que debió adoptar alguna medida frente a la escasez de agua y el 39,5% respondió que no necesitó instrumentar acción alguna.
Entre quienes tomaron alguna medida, el 36,7% tuvo que comprar agua envasada, el 25,3% debió cuidar el consumo y el 24,1% optó por acudir a los surgentes.
Entre otras acciones, realizar una perforación para abastecerse fue decidida por el 7,6%; acopio de agua (7,6%), instalación de una bomba de agua (5,1%); acudir a los puntos de abastecimiento de ABSA (5,1%) e instalar un tanque de almacenamiento domiciliario de mayores dimensiones que el existente (5,1%).
Pese a que numerosas especulaciones y comentarios habían comenzado a ganar la calle a mediados del año pasado, la crisis se inició realmente a principios de enero de este año, cuando la falta de suministro en varios puntos del macrocentro obligó a la empresa concesionaria a cortar durante la noche el abastecimiento a la zona alta (barrios Palihue, Patagonia, Prensa, Millamapu, Palos Verdes, San Agustín, Stella Maris y La Falda).
La medida permitió un reparto más equitativo de los 9.000 m3/hora tope fijados por ABSA para preservar las reservas del dique Paso de las Piedras y posibilitó la recuperación de la cisterna del Parque Independencia (verdadero núcleo del sistema de abastecimiento), pasando del 20% al 40% de su capacidad.
Al mismo tiempo, como lógica consecuencia, mejoró mínimamente la situación de aquellos vecinos que, sin presión suficiente, no podían llenar el tanque de sus domicilios, por caso los residentes en barrios como Universitario, Napostá, Santa Margarita y Noroeste.
A la baja cota del embalse y las altas temperaturas reinantes se había sumado también la turbidez generada por las lluvias que movieron el fondo del lago y generaron la presencia de sedimentos en suspensión, aspecto que terminó haciendo más lenta la producción de agua potable en la planta Patagonia.
Otro elemento distintivo de ese período fue la judicialización del tema realizada por un grupo de usuarios autoconvocados a través de la red social Facebook, solicitando que se garantice la provisión del líquido a la población antes que a la industria.
De todos modos la inquietud fue rechazada, argumentándose que existen otros recursos previos al recurso de amparo elegido.
A partir de la primera quincena de enero varios camiones cisterna fueron ubicados en distintos puntos de la ciudad, aunque el número de consumidores que acudió a este servicio de emergencia fue muy escaso, situación incluso puesta de manifiesto por la encuesta, ya que sólo el 5,1% de los consultados recurrió a los seis vehículos asignados al macrocentro.
En este aspecto probablemente también influyó la disposición de los camiones en la trama urbana, lejos de los sectores más afectados.
También a comienzos de enero se inició el montaje de una veintena de cisternas fijas, en el marco de las acciones conjuntas emprendidas por ABSA y Defensa Civil.
Metodología. La encuesta fue de tipo cuantitativo, coincidental y efectuada por detención en la vía pública del 7 al 12 de mayo de 2010. El universo de los consultados incluyó a 200 bahienses mayores de 18 años, de 55 barrios. El método de selección fue aleatorio estratificado, con cuotas de sexo y edad en base a la pirámide poblacional del distrito.
Los vecinos opinan qué obras son necesarias
Si bien la mayoría de los consultados (36,7%) dijo no tener conocimientos suficientes como para señalar qué obras deben realizarse para asegurar el abastecimiento durante la próxima temporada estival, el 26% se pronunció por el acueducto desde el río Colorado, el 15% por realizar más pozos o perforaciones y el 10,5% por reparar las pérdidas de agua existentes en la red.
Otras respuestas fueron: reglamentar y controlar el uso del agua (4,5%); concientizar sobre el consumo responsable (4,0%); planta desalinizadora (3,5%); dique en el arroyo Napostá (3,0%); no proveer de agua al polo petroquímico (2%) y reparar el dique Paso de las Piedras.
Entre quienes dijeron no tener conocimientos suficientes, muchos de los encuestados adjudicaron la responsabilidad a las autoridades y a las personas especializadas en el tema, destacando la necesidad de:
1. Focalizar la atención y el presupuesto en los problemas prioritarios (agua/cloacas) y no en otros como la peatonal, por ejemplo.
2. No apuntar a soluciones transitorias, sino tomar medidas urgentes y de largo plazo.
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