El petróleo se siguió derramando ayer en el golfo de México mientras British Petroleum (BP) fue obligada a admitir que subestimó la escala de lo que pronto será el peor desastre petrolero mundial y que no tenía una idea real de cómo podría ser solucionado.
La administración de Barack Obama está “enojada y frustrada” porque BP ha fallado en cada fecha límite para sellar el pozo, dijo anoche el secretario del Interior, Ken Salazar, quien es uno de los tres funcionarios que en Louisiana estará encargado de monitorear el derrame, que comenzó hace cinco semanas con una explosión en la plataforma de Deepwater Horizon pero que aún no tiene previsto un final. De acuerdo con el último escenario trazado por BP, no sería posible cerrar el pozo hasta agosto próximo. Los otros funcionarios que serán de la partida son la jefa de la Agencia de Protección Ambiental (APA) estadounidense, Lisa Jackson, quien estaba en Louisiana visitando a residentes que habían sido afectados por el derrame, y la responsable de Seguridad local, Janet Napolitano, quien liderará hoy la visita de una delegación del Senado a la región.
Entre las preguntas que aspiran a responder está la de por qué BP sigue usando un dispersante altamente tóxico llamado Corexit 9500. La Agencia de Protección Ambiental (APA) le dio el jueves a la firma 72 horas para dejar de usar el producto, pero BP se negó y todavía ayer seguía empleándolo. Hasta ahora 715 mil galones fueron vertidos sobre la mancha.
BP, cuyas acciones han caído de 6.50 a 5.17 libras esterlinas desde que el desastre comenzó, impide, refugiándose en la confidencialidad comercial, que la APA publique su respuesta a la orden de dejar de usar Corexit. De todas formas, la Agencia está “evaluando todas las opciones legales” para forzarlos a reconsiderar su postura, “de modo que los estadounidenses puedan obtener una imagen completa”.
La Casa Blanca reveló que funcionarios del Departamento de Justicia están también en la región. El secretario de Prensa, Robert Gibbs, se negó a decir si habían abierto una investigación sobre la conducta de la firma británica. Pero el sábado, el presidente Obama se refirió a una interpelación formal que podría llevar a posibles procesamientos. “Primero y más que nada, lo que condujo a este desastre fue una falla en la responsabilidad de parte de BP y quizá de otros”, manifestó.
Los críticos acusaron en repetidas veces a BP de tratar de mantener al público ajeno de la dimensión completa del desastre y del rol que desempeñó en la tragedia. Cuando el derrame comenzó el 20 de abril, la compañía dijo que sólo mil barriles de crudo se estaban derramando en el golfo. Sin embargo, después fue obligada a corregir esa cifra hasta los cinco mil. Algunos científicos, en realidad, creen que la cantidad real podría ser de 70 mil barriles.
La firma también se mostró reacia a permitir que el público vea videos subacuáticos de la fuga. Cuando finalmente accedió a la presión política de difundirlos en vivo desde su sitio web, el servidor colapsó, lo que llevó a un legislador demócrata a afirmar que la firma había “perdido toda credibilidad”. Consultado acerca de la declaración, el directivo de BP, Robert Dudley, admitió que esas palabras “lastimaron un poco” y alegó que su compañía había sido “muy abierta” en la difusión de lo que estaba haciendo para paliar el desastre. “En términos de no confiar en BP, no hay nadie que esté más devastado por lo que ha sucedido y nadie que desee dar por terminado esto más que nosotros así como aprender de lo que sucedió para que no le vuelva a pasar nunca más a nadie en el mundo”, declaró a la cadena de noticias CNN.
De acuerdo con las estimaciones oficiales, seis millones de galones de petróleo se han derramado, un poco menos que los 11 millones que brotaron en Alaska durante la crisis de Exxon Valdez. Pero el total asciende rápidamente. Cada vez parece menos efectivo el tubo de alivio de 1,6 km de largo, que suponía desaceleraba la fuga. Sólo ha capturado unos 57 mil galones de crudo en las últimas 24 horas, una caída abrupta respecto de los 92 mil galones que BP anteriormente promocionaba. Un intento de tapar el tubo de cinco mil pies por debajo del agua con una mezcla de tierra pesada y cemento, que originalmente estaba previsto que arrancara anoche, fue postergado hasta mañana. Si no funciona, la compañía intentará ejecutar un “tiro de desperdicios”, con el cual intentará rellenar el agujero con gomas de autos, pelotas de golf y pelo humano.
La guardia costera está bajo presión para controlar la operación de limpieza pero el jefe de la organización, el almirante Thad Allen, dijo que sólo BP contaba con la técnica para detener el derrame.
BP paga 75 millones de dólares
La petrolera británica British Petroleum (BP) acepta pagar una indemnización de 75 millones de dólares por el vertido que provocó la explosión y posterior hundimiento de la plataforma operada por la compañía en el golfo de México.
El director ejecutivo de BP, Bob Dudley, aseguró en una entrevista con la CNN que la petrolera está haciendo todo lo posible por taponar la fuga de crudo. Dudley señaló que si no funciona el tapón con barro y residuos, tienen previsto introducir una variedad de materiales a alta temperatura como pelotas de golf y otras piezas de plástico para intentar sellarla.
La empresa no descarta otras posibilidades.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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