L a tarde lluviosa y las calles de la Plaza San Martín vacías, amplificaron lo expeditivo del trámite por el que el Gobierno rechazó ayer la queja del Reino Unido a los controles de buques internacionales que naveguen aguas argentinas. Se entiende por ello también los que lo hagan por las de Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.
"El Gobierno argentino rechazó las afirmaciones británicas en el sentido de que el Decreto 256/2010 y la Decisión Administrativa 14/2010 eran contrarios al derecho internacional y a los tratados de los cuales la Argentina es parte", indicó la nota entregada ayer a la embajadora británica Shan Morgan por el embajador Alberto D’Alotto, jefe de Gabinete del canciller Jorge Taiana.
El encuentro no superó los diez minutos, y como era de esperarse, Morgan cursará a Londres la réplica argentina. El comunicado difundido ayer por la Cancillería para informar sobre la cita y el nuevo escrito afirmó también que la normativa nacional "regula el tráfico marítimo de cabotaje entre puertos ubicados en territorio argentino", y que por ende es "acorde con el derecho del mar".
Morgan había sido convocada este último fin semana por Taiana, después de días en los que Buenos Aires y Londres aumentaron el tono de sus respectivos reclamos y posiciones, que giran, claro, sobre la disputa de soberanía de las islas y ahora también sobre el inicio de exploraciones hidrocarburíferas en la zona por parte de empresas británicas, que Argentina rechaza.
Después de los últimos entredichos entre la presidenta Cristina Kirchner, la cancillería británica, el nuevo gobierno del conservador David Cameron hizo entrega de una nota verbal que, según confiaron fuentes diplomáticas ayer a Clarín, era trabajaba desde febrero por la anterior administración laborista debido a la "complejidad" del caso. Y se presentó cuando Cristina llevó su queja a Madrid.
Aunque no hay señales de que los británicos estén dispuestos a recurrir a un tribunal de arbitraje para presentar su reclamo, este es de alta importancia. En la nota verbal que el Foreign Office presentó la semana pasada en la embajada argentina en Londres se quejaron de que el decreto 256 firmado por Cristina en febrero --cuando comenzó la exploración petrolera en Malvinas-- y la Decisión Administrativa 14 -que lo reglamenta e impone sanciones para quienes naveguen por aguas nacionales sin permiso-- viola la Ley Internacional y la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, según la cual los "barcos de todos los Estados gozan del derecho al pasaje legal por aguas territoriales y tienen libertad de navegación en aguas más allá del mar territorial".
Invocaron también el Tratado de Paz y Amistad de Chile y Argentina (1984) que garantiza los derechos a la navegación de buques internacionales en el Estrecho de Magallanes sin obstáculos.
EE. UU. reiteró que no interviene
Ana Barón
abaron@clarin.com
Después de haber ofrecido su ayuda para facilitar el diálogo entre Buenos Aires y Londres, Estados Unidos se abrió totalmente ayer del conflicto por las Malvinas.
"Este es un asunto entre Argentina y Gran Bretaña. No veo en este momento un papel para Estados Unidos, a menos que ambas partes lo soliciten" dijo el vocero del Departamento de Estado Phil Crowley durante la conferencia de prensa que da diariamente al medio día.
Las declaraciones de Crowley coincidieron con una nueva escalada diplomática entre ambos países por el tema de los hidrocarburos.
El 26 de abril pasado Argentina anuncio que había decidió controlar a todos los buques que naveguen entre puertos ubicados en el territorio argentino y las Malvinas.
La semana pasado el flamante primer ministro británico David Cameron presentó una nota ante la embajada argentina en Londres criticando duramente por la decisión y ayer el gobierno argentino respondió diciendo que la decisión se ajusta a las leyes.
Tras la reunión que tuvo en Buenos Aires con la presidente Cristina Kirchner en marzo, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton prometió que si "hay alguna manera" en que Estados Unidos pueda ayudar a facilitar el diálogo sobre las Islas Malvinas entre los dos países "los Estados Unidos estamos listos a hacerlo".
En Argentina como en el Reino Unido los diplomáticos interpretaron esas declaraciones de la misma manera: la Secretaria de Estado estadounidense ofreció una mediación informal.
Los argentinos aplaudieron la "oferta" y hablaron de "triunfo diplomático", mientras que en Londres gritaron "traición, traición" a la diplomacia de Obama y acusaron a Hillary de estar apoyando a los "argies".
Pero con las declaraciones de ayer de Crowley EEUU volvió adoptar una posición neutral, y eso objetivamente favorece a Gran Bretaña. Londres se ha negado sistemática a negociar la soberanía de las islas con la Argentina.
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