El mal estado de la trama vial es un tema recurrente en la ciudad, aunque en los últimos meses se ha profundizado tanto que ha exacerbado hasta el límite el humor de los paranaenses y motivado operativos de bacheo de emergencia.
Pero más allá de esa situación generalizada, cabe reparar en lo sucedido en dos sectores remozados de arterias neurálgicas: las avenidas Almafuerte, entre Alejandro Carbó y Salvador Caputto, y Ramírez sur, entre Racedo y Provincias Unidas.
En el primer caso (Almafuerte), se ensanchó la calle a lo largo de unos 1.500 metros –entre Caputto y Carbó– y, a la par, se ejecutaron obras complementarias relacionadas al sistema de desagües y alumbrado público. La previsión presupuestaria fue de cinco millones de pesos y los trabajos llevaron más de un año: empezaron en abril de 2006 y la habilitación formal fue en junio de 2007. “Enseguida, incluso antes de la inauguración, empezaron a aparecer pérdidas” en el asfalto, aseguraron vecinos de la avenida.
Lo cierto es que la cinta asfáltica aparece con marcas de parches y un derrame de agua daba cuenta, el fin de semana, de una rotura en el lado sur de la avenida, a metros de calle Alejandro Carbó.
En tanto, una franja ancha de un asfalto de otro color atraviesa la traza de un tramo de avenida Ramírez sur y recuerda entonces que ese sector fue cavado entre 2006 y 2007 para tender la cañería nueva que alimenta al centro de distribución Ejército, en el marco a la construcción de la nueva planta potabilizadora y obras complementarias. Conclusión: un buen pedazo –entre Racedo y Provincias Unidas– del lado de la avenida que corre de norte a sur, quedó plagada de parches. Y también suele haber pérdidas de caños, dijo Mariela, una vecina.
EMPARCHADA. “Los caños se rompen seguido. Los problemas vienen desde hace muchos meses. Los arreglan y así como los arreglan se rompen otra vez”, informó Enrique Vera, presidente de la comisión vecinal Corona Sur, un barrio aledaño al tramo nuevo de Almafuerte. Por su parte, Margarita Wuignier, presidente de la vecinal Vitali, ubicada en las inmediaciones, expresó su preocupación por el estado de la avenida. En relación a la parte remodelada, afirmó que “dos por tres los caños se revientan” y los problemas empezaron apenas “hicieron la obra”. Mientras desde la Comuna se atribuyeron –en su momento– las fallas a la elevada presión, los vecinos que habitan sobre Almafuerte advirtieron falencias en el tendido de la cañería cuando se hacían los trabajos, recordó.
En tanto, la vecinalista remarcó el mal estado en que se encuentra esa calle –uno de los principales accesos a la ciudad– más adelante, pasando el cruce con la Circunvalación. “Hay unos baches grandotes. Pedimos que los vinieran a arreglar y nos dijeron que los iban a tapar con broza porque no tenían materiales. Eso fue hace unos 20 días”, reflejó.
INTERROGANTES. En avenida Ramírez sur, Mariela, una frentista, se lamentó por las roturas que dejó el paso de la cañería. “No entiendo porqué se destruyó esta obra con el paso de otra. No entiendo las razones por las que no pudieron dejar la calle como estaba antes; en perfecto estado”, arremetió. Mientras avanzaba el tendido de cañería, durante la gestión municipal anterior, se informó desde la Comuna en reiteradas oportunidades que era una obligación de la empresa constructora –en ese caso, Isolux– dejar en condiciones óptimas el asfalto por donde corriera la red.
“Además de los pozos, el estado de este tramo de la avenida es lamentable. Hay basura, el cantero central está descuidado y hay problemas con los desagües cada vez que llueve”, apuntó Patricia, otra frentista.
El ensanche en Ramírez, entre Racedo y Avenida de las Américas, se inauguró en diciembre de 1999 y consistió en la construcción de doble calzada, desagües e iluminación.
Cañerías viejas y presión
CARLOS SANERO, DIRECTOR DE MANTENIMIENTO DE REDES de Agua Potable y Desagües Cloacales de Obras Sanitarias municipal, se refirió a los dos casos planteados. En relación a Almafuerte, dijo que desde Alejandro Carbó a Caputto, “no se cambió ninguna cañería” y atribuyó los problemas al estado de las redes, marcado por la antigüedad. “Ahí tenemos problemas de rotura de cañerías y de conexiones domiciliarias que son todavía de plomo”, material que ya no se usa para esas instalaciones. Así, concluyó que se hizo la obra nueva, de ensanche, sobre la cañería vieja: “No se renovó ningún tramo de cañería”, reafirmó. Y detalló que en el sector cercano a Alejandro Carbó el grueso de las fallas surge en las conexiones domiciliarias. En tanto, más adelante, las filtraciones aparecen en la red distribuidora. En cuanto a Ramírez Sur, explicó que el tendido de la nueva cañería “deterioró todo el tramo hasta Provincias Unidas” y además, “suele haber pérdidas”, acotó. Y dijo que hay las averías se produce en mayor grado en las conexiones domiciliarias –de plomo, con mucha antigüedad-, repercutiendo también el nivel de la presión que soportan las cañerías.
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