El presidente estadounidense, Barack Obama, prometió durante una visita al estado de Luisiana tomar las riendas contra lo que ha sido el peor accidente de petróleo en la historia de su país, mientras aumentan las críticas dirigidas a su administración por la reacción que ha tenido.
"No los abandonaremos. No los dejaremos solos", dijo Obama a los habitantes de la costa del Golfo en un discurso desde una playa en Grand Isle, una isla delante de la costa de Luisiana especialmente afectada por el vertido de petróleo. "Estamos a su lado y vamos a apoyarlos en esta situación."
"Esta es nuestra mayor prioridad y merece una respuesta a su medida", dijo Obama reconociendo que su gobierno ahora está frente al "derrame más grande en la historia de Estados Unidos".
El presidente ordenó que se aumentara considerablemente la cantidad de personal que asistirá las costas contaminadas del Golfo de México en la lucha contra la marea negra.
El número de efectivos será triplicado, destacó Obama este viernes en Grand Isle. El refuerzo de personal se destinará a lugares ya alcanzados por el petróleo o que podrían ser alcanzados en las próximas 24 horas.
De este modo, el presidente reaccionó a las críticas sobre la lentitud del gobierno en los trabajos de limpieza. "Al final la responsabilidad en la solución de esta crisis es mía", volvió a declarar, tras haber reconocido el jueves errores al afrontar la crisis.
Obama visitó Luisiana en su segundo viaje a la región tras el hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon" el pasado 20 de abril para informarse personalmente desde la costa afectada sobre las medidas contra la marea negra.
Su principal interlocutor en la región es el almirante Thed Allen de la Guardia Costera norteamericana.
Respecto al procedimiento "Top Kill", el esfuerzo más reciente de la enérgetica British Petroleum (BP) para frenar la fuga en la fuente en el fondo marino del Golfo de México, Obama dijo que aún se desconoce si resultó exitoso.
"De ser exitoso obviamente será una buena noticia", dijo Obamna. "Pero nuestra respuesta continuará con toda su fuerza independientemente del resultado."
BP, por su parte, reportó sus primeros éxitos en sus esfuerzos por detener la fuga. Desde la mañana local, informó la compañía, se ha logrado que fluya bastante menos crudo y gas al océano.
Sin embargo, el director de BP dijo el jueves que aún podría llevar unas 48 horas que los ingenieros determinen el resultado de la operación, que consiste en bombear toneladas de barro en la fuga para presionar el crudo hacia abajo.
El procedimiento se está llevando a cabo desde el miércoles. Los resultados definitivos se conocerán el domingo, señaló la compañía.
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