Miles de evacuados, al menos noventa muertos y fuertes daños de infraestructura dejó a su paso por Centroamérica la tormenta tropical Agatha, ya convertida en depresión tropical, según comunicaron las autoridades de El Salvador, Honduras y Guatemala.
El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, declaró el estado de emergencia nacional en su país, donde las lluvias causaron nueve muertos y 8147 damnificados, además de destrucción de puentes, carreteras, caminos, casas e infraestructura pública, como escuelas y unidades de salud. El 90 por ciento del país está en riesgo, porque la cantidad de agua provocada por Agatha fue mucho mayor que la de los huracanes Mitch, Stan e Ida, según el mandatario.
La situación es tan grave que, aunque ya disminuyó la intensidad de lluvias, el riesgo de deslaves y desbordamientos de ríos es muy alto, acotó. Incluso anoche, cuando las lluvias no son eran tan fuertes, “el vaso está tan lleno que una gota más puede ser fatal”, dijo.
Funes pidió a los salvadoreños en general colaborar con todas las instituciones para enfrentar la emergencia y dijo que las carreteras deberán ser utilizadas sólo en caso de necesidad y en forma extremadamente prudente.
En Honduras, las lluvias dejaron cuatro muertos y nueve desaparecidos, según informaron las autoridades de ayuda civil. El presidente Porfirio Lobo Sosa anunció en cadena de radio y televisión el estado de emergencia nacional y puso a disposición de los cuerpos de socorro toda la ayuda gubernamental. La intensidad de las lluvias es tal que otra medida del gobierno fue suspender las clases en la mayor parte del territorio hondureño, a fin de proteger a los alumnos, pero a la vez para habilitar los centros escolares como centros de albergue para los damnificados.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), la agencia de protección civil de Honduras, indicó que entre los cuatro muertos hay dos policías, mientras ocho pescadores y un policía se encuentran en calidad de desaparecidos, según su responsable Lisandro Rosales.
Rosales dijo que las lluvias han alcanzado hasta los 120 milímetros de agua en la mayor parte del territorio nacional. Lobo Sosa destacó que se activará un gabinete de gestión de la crisis por las lluvias y ordenó que los efectivos de las Fuerzas Armadas se incorporen a las tareas de auxilio a los damnificados.
El presidente de Guatemala, Alvaro Colom, describió como “humanamente dolorosa” la situación que se registra en su país, donde la tormenta dejó ya 73 muertos y 24 personas desaparecidas. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) advirtió que esta cifra es preliminar, ya que no se ha podido llegar a algunas comunidades aisladas.
El último registro de daños y damnificados, señaló Colom, determina que 74.777 personas fueron trasladadas de sus viviendas y que otras 17.101 permanecen en 123 albergues. Además, 2912 casas tienen daños, de las que 842 tienen daños severos. Miles de familias amanecieron ayer refugiadas en el interior de templos o salones comunales en decenas de comunidades de Guatemala.
Colom informó que el estado de calamidad pública se mantendrá el tiempo que sea necesario a partir del inicio de las labores de reconstrucción y ordenó la suspensión de todas las actividades educativas durante la semana. Por otro lado, destacó, ya hay una evaluación científica por parte de geólogos en dos hundimientos de gran profundidad ocurridos en pleno centro urbano en Ciudad de Guatemala y Chimaltenango. Los hundimientos, que hicieron colapsar casas, fueron atribuidos a problemas provocados por sistemas antiguos de drenajes, por lo que Colom instó con urgencia a crear una ley de urbanismo.
Una brigada de médicos cubanos que está en el país desde hace varios años atendiendo a la población rural y el apoyo de helicópteros estadounidenses son algunos de los primeros aportes de la comunidad internacional ante la emergencia, dijo Colom. Otros países como México, Brasil, Honduras, Argentina y Colombia están en proceso de brindar ayuda, agregó el mandatario. |
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