Browner informó en diálogo con las cadenas CBS y NBC que el secretario de Energía y premio Nobel de Física, Steven Chu, ordenó personalmente el freno de la operación ’top kill’, ante el temor de que la inyección de lodo a gran presión pudiera agravar la fuga de petróleo.
Las mismas reservas expresó el propio Chu ante el próximo método que quiere ensayar BP: una campana de contención "a medida" que exigiría cortar una tubería del pozo accidentado con robots teledirigidos.
"Posiblemente haya que esperar a que se acaben de construir los pozos de alivio para contener el vertido", admitió Browner, según reprodujo el diario El Mundo. La asesora de Obama recalcó que se exigió a la compañía británica la perforación de dos pozos "alternativos" para tener mayores garantías de éxito.
Los dos conductos, actualmente en construcción, intentarán interseccionar el pozo de exploración accidentado y capturar directamente el flujo de petróleo bajo el fondo marino. El tiempo estimado para su construcción es de 90 a 120 días, por lo que no estarán operativos al menos hasta el mes de agosto.
Robert Dudley, director de Gestión de BP, admitió en declaraciones a la ABC que el "punto final" no llegará probablemente hasta dentro de tres meses, aunque prometió "redoblar los esfuerzos" para contener el vertido y evitar que el crudo alcance las costas. Sobre el fiasco de la operación ’top kill’ no quiso entrar en excesivos detalles: "Había demasiado flujo de petróleo".
Las fricciones entre la Administración Obama y BP por cuenta de los métodos fallidos se extendieron en las últimas horas a la polémica sobre las dimensiones reales del vertido en el Golfo de México. Carol Browner recalcó que estamos "posiblemente ante el mayor desastre ambiental en la historia de Estados Unidos". La asesora de la Casa Blanca insinuó que BP tiene un "interés económico" en minimizar el impacto "porque pagarán en proporción a los barriles derramados".
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