Centenares de especies acuáticas continúan apareciendo muertas a lo largo de dos kilómetros de cauce de la quebrada El Oro, en el distrito de Macaracas, mientras que a ambas orillas de la misma se sienten olores fétidos y se visualiza un color inusual del agua.
En una gira por este lugar en horas de la tarde de ayer se pudo observar sardinas, peces y camarones sin vida, se sentían desagradables olores y el color del agua en varios tramos de la quebrada se veía amarillento y en otros negruzco.
Humberto Moreno, propietario de una finca ganadera a orillas de esta quebrada, recordó que no es la primera vez que se registra esta situación, pero en los últimos tres días se acentuó, dejando gran cantidad de especies acuáticas muertas a su paso.
De acuerdo con Moreno, producto de esta contaminación alrededor de 200 reses que beben agua de la quebrada no quieren bajar a tomar de la misma.
Ricaurte Rivera, otro ganadero, corroboró que ni los caballos quieren tomar agua del cauce en mención, por los malos olores que tiene.
Ambos productores solicitaron a la Autoridad Nacional del Ambiente una investigación para dar con los responsables de la citada contaminación que está afectando el sector agropecuario del área donde cruza esta quebrada.
La quebrada El Oro desemboca sus aguas el río Estivaná. Esta cuenca es el principal afluente del río La Villa, donde está la potabilizadora Rufina Alfaro, que beneficia a más de 60 mil santeños. Los problemas de contaminación son constantes en esta región.
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