El programa de monitoreo de metales pesados en el río Negro, que ejecutan el Departamento Provincial de Aguas y la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, confirmó hace poco la existencia de bajas concentraciones de esos elementos, al igual que lo determinado en anteriores estudios específicos.
Se analizaron concentraciones de arsénico, cadmio, cobre, cromo, mercurio, níquel, plomo, plata, cinc y selenio, considerados de interés por su alta toxicidad relativa a la calidad de aguas destinadas al consumo humano y a la preservación de la “biota” acuática.
El programa de monitoreo de metales pesados está dirigido, según organismos oficiales, al relevamiento de esos elementos en aguas superficiales del río Negro, en cercanías de las captaciones de agua de las plantas de tratamiento de agua potable.
Las muestras se tomaron en cuatro estaciones ubicadas en las ciudades de Allen, Villa Regina, Choele Choel y Viedma-Carmen de Patagones (provincia de Buenos Aires).
Según el informe al cual accedió ADN, la determinación del contenido metálico fue medido en la muestra entera sin filtrar y que fueron analizadas en el laboratorio del Servicio Geológico Minero (SEGEMAR-INTERMIN) de Buenos Aires, según una específica metodología.
La validación de los datos se llevó a cabo utilizando cuatro materiales de referencia certificados del National Water Research Institute de Canadá. A partir de junio de 2009 se incorporaron al listado de metales el ión plata y el níquel y se bajaron los límites de detección.
Los resultados fueron comparados con los valores guías de calidad de agua sugeridos por la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación (2005) para la protección de la vida acuática y como fuente de agua destinada a consumo humano con tratamiento convencional y las guías para la preservación de la vida acuática por la Canadian Council of Ministres of the Enviroment.
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