Desde hace 15 años gran parte de este departamento cuenta con un sistema de cloacas, pero por diversos motivos menos del 40% de los frentistas están conectados. La mayoría de las viviendas vierten a las acequias aguas que provienen de las duchas, lavarropas y lavabos. No hay una ordenanza que exija la conexión a la red.
Una situación particular se registra aquí, donde pese a que cerca del 75% del territorio urbano cuenta desde hace 15 años con un sistema de cloacas, menos del 40% de los frentistas está conectado a la red.
Por otra parte, un alto porcentaje de los domicilios que vierten sus residuos líquidos al sistema no lo hacen de manera correcta. En casi la totalidad de las viviendas se pueden apreciar caños que vierten las llamadas “aguas grises” a las acequias. Esto genera un problema que por el momento no encuentra solución debido a que la Comuna no posee derecho de riego en la zona centro, lo que imposibilita que diariamente el agua circule por las cunetas y evacúe esos fluidos.
Además, no existe una norma legal que les exija a los frentistas conectarse al sistema. En este sentido, el Concejo Deliberante se encuentra trabajando en un proyecto de ordenanza que es analizado por la Comisión de Higiene y Seguridad del cuerpo.
Los costos
Uno de los motivos más frecuentes por los que los frentistas no hacen uso del sistema cloacal es el referido a los costos que demandan las conexiones.
Alberto Agostinelli, director de Rentas de la Comuna, comentó que el derecho de conexión tiene un precio final de $1.200, que pueden ser cancelados con planes de pago acordes a cada vecino, y el valor del servicio es de $8 por bimestre.
Y hay que sumarle el valor que demandan la mano de obra y los materiales para la conexión desde los domicilios hasta la red que, según apuntaron profesionales en el tema, oscila entre los $1.500 y los $2.000.
En tanto, muchos usuarios no conectan este servicio porque el suelo posee características únicas de filtración. |
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