Entre los múltiples factores que influyen en la salud y el bienestar de las mujeres durante su etapa reproductiva se concede poca importancia al abastecimiento de agua, el saneamiento y la higiene, a pesar de que los beneficios de estas intervenciones básicas son extensos y se transmiten de madres a hijas y de una generación a la siguiente.
Pongamos por caso una embarazada que, en preparación para el parto, probablemente tenga que acarrear hasta su casa el agua extraída con una bomba manual. En todo el mundo, más del 40% de los hogares carecen de agua corriente. Si esta mujer es muy infortunada, se contará entre el 13% que no tiene siquiera una bomba manual de agua y depende de una fuente de agua no mejorada, que además entraña otros riesgos porque la mayoría de los habitantes de su comunidad no tienen siquiera un retrete elemental. Estas condiciones de falta de higiene cobran otro significado cuando llega el momento de destetar al bebé. Las enfermedades diarreicas causan la muerte de 1,5 millones de niños cada año[1] y existe un vínculo sólido entre las enfermedades diarreicas y la desnutrición.
Más o menos a los 6 años de edad, la criatura deberá ir a la escuela. Pero, si es niña, buena parte de su tiempo lo tendrá que dedicar a tareas domésticas, en particular el acarreo de agua. En la mitad de los hogares del mundo el agua debe acarrearse al hogar y en el 72% de los hogares las encargadas principales de esta tarea son las mujeres y las niñas. Por comparación con los niños, es dos veces más frecuente que las niñas sean las que acarrean el agua.[2] La niña de quien hablamos está expuesta a una gran variedad de enfermedades infecciosas en su entorno. Las helmintiasis intestinales afectan a 400 millones de niños en edad escolar, es decir, uno de cada tres. Enfermedades como la uncinariasis reducen el crecimiento y menguan el desarrollo intelectual.[3] Las niñas debilitadas por la falta de energía, los parásitos intestinales y las infecciones repetidas están predispuestas a la anemia, la cual cobra mayor importancia cuando sobreviene la menarquia, que a su vez puede señalar el fin de su limitada escolaridad. La falta de inodoros que protegen la intimidad y tienen medios para la higiene menstrual en las escuelas contribuye al absentismo escolar y finalmente al abandono de los estudios. Si la niña de nuestro ejemplo no supera estos obstáculos y deja la escuela, es muy probable que acabe casándose y teniendo hijos prematuramente.
El círculo vicioso que hemos descrito se puede interrumpir. La importancia que el abastecimiento de agua, el saneamiento y la higiene tienen para la salud y el desarrollo está consignada en una meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas: «reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento».
El primer escollo a que se enfrentaron la madre y la niña de nuestro ejemplo fue la falta de saneamiento e higiene en el momento del parto. En un estudio efectuado en el Nepal se comprobó que el lavado de manos por parte de las matronas y las madres aumentó hasta un 44% las tasas de supervivencia de los recién nacidos.[4] Se ha comprobado que la promoción de la higiene es una de las intervenciones sanitarias más costoeficaces, particularmente cuando se hace empleando técnicas de mercadotecnia semejantes a las utilizadas por las empresas privadas.
Por lo que hace al saneamiento, aunque el progreso ha sido escaso a escala mundial, algunos países en desarrollo han conseguido reducir en un 60% la proporción de sus habitantes que no tienen acceso al saneamiento. Es probable que este progreso rápido se haya conseguido no solo por la creación de infraestructura sino gracias a la voluntad política, una financiación moderada pero sagazmente aplicada y el hincapié en el cambio de comportamiento y de las normas sociales. Generar la demanda de retretes, especialmente por parte de las personas que toda su vida han defecado al aire libre, ayuda a estimular las inversiones para mejorar las viviendas. Como se ha comprobado que estos enfoques son eficaces, es posible acelerar el progreso.
También se pueden superar las barreras que impiden el abastecimiento de agua potable. Entre las innovaciones cabe mencionar las técnicas de perforación de bajo costo y las bombas manuales más baratas, la utilización de sistemas a pequeña escala gestionados localmente, los quioscos de agua comerciales y la intermediación de la sociedad civil entre las comunidades pobres y los proveedores de servicios. Proporcionar agua, saneamiento e higiene en las escuelas es cada vez más prioritario para los ministerios de educación de los países en desarrollo. Los inodoros que resguardan la intimidad y poseen medios para la higiene menstrual ofrecen muchos beneficios. Por ejemplo, las mujeres que han asistido a la escuela tienen menos probabilidades de morir en el parto; cada año de escolaridad evita dos muertes maternas por cada 1000 mujeres.[5]
El círculo vicioso según el cual la falta de agua, saneamiento e higiene provoca que las mujeres tengan mala salud, no vayan a la escuela, sean pobres y estén condenadas a tener hijos enfermos se puede romper y existen los medios para hacerlo. El abastecimiento de agua, el saneamiento y la higiene también propician que las mujeres desempeñen varias funciones en el desarrollo de su comunidad, en particular la toma de decisiones y la gestión relacionadas con los sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento.
a. Sección de Agua, Saneamiento e Higiene, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Nueva York, Estados Unidos de América.
b. Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, 135 Dauer Drive, Chapel Hill, NC, Estados Unidos de América.
Referencias
1- Diarrhoea: why children are still dying and what can be done. New York: United Nations Children's Fund; 2009.
2- Global annual assessment of drinking-water and sanitation, 2010 report. Geneva: World Health Organization; 2010.
3- Raising clean hands. New York: United Nations Children's Fund; 2010.
4- Rhee V, Mullany LC, Khatry SK, Katz J, LeClerq SC, Darmstadt GL, et al., et al. Maternal and birth attendant hand washing and neonatal mortality in Southern Nepal. Arch Pediatr Adolesc Med 2008; 162: 603-8 doi: 10.1001/archpedi.162.7.603 pmid: 18606930.
5- The state of the world’s children 2004: girls, education and development. New York: United Nations Children's Fund; 2004.
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