Ante las informaciones periodísticos que dan cuenta del supuesto interés del trasvase del río Negro al río Colorado, la Comisión Especial de Aprovechamiento de los Recursos Hídricos, Recursos Energéticos y Servicios Públicos Tarifados considera necesario hacer conocer a la opinión pública su opinión al respecto.
En primer lugar queremos resaltar que se han propuesto diferentes posibilidades de trasvase a lo largo y ancho del país, y en especial el Oeste Patagónico y Cuyano, los que en diferentes momentos realizaron propuestas de trasvase en diferentes cursos de agua para reforzar los caudales disponibles para el riego, en algunos casos, para disminuir el tenor salino de las aguas, en otros, o simplemente para incrementar las áreas regadas, en algún caso. Ninguna de esas obras se ha concretado por su alto costo, las dificultades técnicas para su concreción y la indisponibilidad económica financiera para este tipo de emprendimientos.
Por otra parte es necesario realizar un breve repaso histórico de lo actuado con relación al tema que nos interesa, cual es el trasvase del Negro al Colorado. Cabe resaltar que en el año 1976 en ocasión de realizarse la 6º Reunión de Gobernadores para tratar lo vinculado a la Cuenca del Río Colorado se decide la creación del COIRCO, firmada el 26/10/1976, y se considera la posibilidad del trasvase. La ley 1191 ratifica el acta de la reunión, establece como condición técnica, para el trasvase, la realización del Estudio Integral del Río Negro y establece una derivación de hasta 50 m3/s de las aguas que les pudieran corresponder a la Provincia de Buenos Aires, en caso que las otras provincias de la cuenca no dispongan de caudales excedentes en función de sus propios requerimientos.
Luego, con el advenimiento de los gobiernos democráticos, se reactualiza el tratamiento del tema y como consecuencia de ello la Legislatura Rionegrina dicta la Ley 1906 sancionada el 18/10/1984 y promulgada el 25/10/1984 por Decreto 1756/1984, derogando la Ley 1191, desechándose el convenio de “Distribución de Caudales del río Colorado” todo lo referido al trasvasamiento de las aguas del río Negro al río Colorado, declarando a la Provincia de Río Negro desobligada a todos los compromisos asumidos con tal motivo.
Para esa misma época se realizó en Viedma un seminario con la participación de especialistas en recursos hídricos y con una gran concurrencia de público interesado en la temática. La principal conclusión fue el unánime rechazo a toda forma de utilización de las aguas del río Negro por fuera de la propia cuenca, en tanto no se realizaran los estudios pertinentes para establecer los cupos definitivos de agua correspondientes a cada una de las provincias ribereñas.
A la fecha se reactualiza el interés de actores que pretenden el uso de las aguas del río Negro en otros espacios ya que por la derivación de un cupo hacia el río Colorado le subyace el propio de otros partidos de la Provincia de Buenos Aires, como el regadío del Norte del partido de Villarino o el acueducto para la provisión de agua potable e industrial para los partidos de Bahía Blanca y Coronel Rosales.
Asimismo el interés subyacente en la Provincia de Mendoza para que luego del eventual trasvase hacer lo propio con las aguas de los tributarios del Río Grande, formador del río Colorado junto al río Barrancas, hacia el Atuel, para beneficiar las áreas regadas de San Rafael y General Alvear.
Si bien la posición de los citados puede ser legítima a partir de sus propios intereses debemos recordar que la provincia de río Negro dispone de tierras fértiles y con obras básicas o bien con la necesidad de obras de montos no muy significativos para habilitar para riego cerca de 450.000 ha lindantes al propio río y de cerca de 1.000.000 de ha en la mesopotamia de los ríos Negro y Colorado y en la meseta intermedia al sur del río Negro, que se suman a los proyectos de Colonia Josefa en Valle Medio y al de Conesa-Guardia Mitre-Patagones en el valle inferior del río Negro. Todo esto sin olvidar las genuinas pretensiones de la Provincia del Neuquen, que pretende incrementar sus áreas regadas en diversos puntos de su geografía.
En definitiva, consideramos que no es posible hablar seriamente de un trasvase, que a su vez significaría una unificación de cuencas hidrográficas, sino se dispone de los estudios que delimiten definitivamente los cupos que le corresponden a los estados ribereños, los cuales no deberían bajo ningún concepto disminuir el caudal circundante en el tramo inferior del río Negro por debajo de los 300 m3/s, ya que este sería el caudal ecológico que permitiría mantener las condiciones actuales de funcionamiento del ecosistema fluvial e incluso mantener las aguas en los límites razonables de calidad mínima para los diversos usos, potables, industriales y recreativos. (APP)
* Legislador del Bloque Concertación para el Desarrollo - Presidente de la Comisión Especial de Aprovechamiento de los Recursos Hídricos, Recursos Energéticos y Servicios Públicos Tarifados
|
|
|