Los cancilleres de la Argentina, Héctor Timerman, y de Uruguay, Luis Almagro, mantuvieron anoche en Buenos Aires un encuentro de carácter secreto en el que coincidieron en avanzar en un monitoreo conjunto sobre Botnia mediante un plan de acceso pleno de la ciencia a todo el análisis.
El resultado es producto de la contrapropuesta acercada por el Gobierno de José Mujica a la Cancillería argentina para el plan de monitoreo ambiental de la cuenca del río Uruguay, tal como lo dictaminó el Tribunal de La Haya, que ahora analizan los técnicos argentinos.
Pese a que el encuentro había sido anunciado para hoy, finalmente se celebró de manera reservada en la sede de la Cancillería.
Previamente, Timerman había recibido a una delegación de asambleístas de Gualeguaychú a quienes presentó un «pantallazo» de la propuesta argentina de monitoreo de la pastera de UPM (ex Botnia), que fue bien recibida por los vecinos entrerrianos.
El vicecanciller oriental, Roberto Conde, confirmó que Uruguay garantizará a la Argentina un «acceso pleno» de científicos para el monitoreo conjunto del río. Coincidió con el plan argentino en que «la solución está en garantizar el acceso pleno de la ciencia a todo el análisis, los métodos y las muestras que sean necesarias» para que se pueda elaborar «un informe exhaustivo, completo, que le dé garantías a ambos gobiernos y ambas sociedades».
«La médula del asunto es acordar un protocolo de acuerdo científico para el monitoreo», señaló Conde.
El funcionario sostuvo que «la base política de acuerdo está construida, el enfoque de la instrumentación del acuerdo también, y será por vía de la intervención científica».
Destacó que lo que resta definir es «quiénes van a ser los agentes científicos que deberán llevar a cabo los estudios».
En tanto, durante el encuentro con los ambientalistas -del que también participaron el gobernador de Entre Ríos, el justicialista K Sergio Urribarri, y el intendente Juan José Bahillo-, Timerman trazó las líneas generales del plan K de monitoreo, recalcó su costado científico y el respeto a lo dictaminado por la Corte Internacional de La Haya. Remarcó, además, que los controles se harán a un lado y al otro del río.
Los vecinos de Gualeguaychú, por su parte, llevaron al ministro de Cristina de Kirchner su propio plan de control del río Uruguay y de la pastera, y quedaron a la espera de la reacción que la propuesta argentina generará en el país vecino.
La propuesta argentina fue acercada el martes de la semana pasada en Montevideo e incluye un control del río y de las plantas instaladas sobre ambas márgenes, incluida la polémica pastera. Se trata, en rigor, de un proyecto de la era del renunciado Jorge Taiana, que fue ahora estratégicamente desempolvado.
Por de pronto, el saldo del encuentro ayer entre el Gobierno nacional y los ambientalistas -a quienes Balcarce 50 querelló por el extendido bloqueo del puente internacional y hoy suspendido por 60 días, en precaria tregua- fue alentador. «Nos vamos conformes con que se haya reinstalado el diálogo y (porque) aparentemente se puede trabajar en conjunto» con el Gobierno, dijo el ambientalista Jorge Fritzler, además de calificar de «bueno» el plan de control ambiental del río Uruguay y especialmente de la pastera ofertado por Argentina, en cumplimiento con lo dictaminado por la Corte Internacional de La Haya.
Sin embargo evitó dar detalles, aunque dijo que el Gobierno nacional tiene «un plan para dentro de Botnia y otro plan (de control) en conjunto del río Uruguay». «Por ahora, yo entiendo, entre Argentina y Uruguay», agregó, en referencia a la ventilada posibilidad de que intervengan otros países, como Brasil.
En tanto, Fritzler también sostuvo que «no se habló» de incorporar un «veedor» de la asamblea entre los especialistas que controlarán el río, aunque recalcó que «se habló de gente de primerísimo nivel de ambos países» para imponer la lupa ambiental.
Según uno de los abogados de la asamblea, Osvaldo Fernández, también pidieron a Timerman que el Gobierno nacional no avance en la causa judicial abierta contra miembros de la Asamblea Ambiental por el corte del paso fronterizo, aunque el canciller les transmitió que no es un tema de su competencia.
En abril pasado la Corte de La Haya estimó que Argentina no aportó «pruebas concluyentes» de que la pastera esté contaminando y exigió que ambos países realicen un monitoreo ambiental conjunto del río, en el marco de la Comisión Administradora del Río Uruguay.
El 2 de junio, en tanto, Mujica y Cristina Kirchner se comprometieron a fijar en un plazo de dos meses criterios de monitoreo ambiental del río.
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