En sigilo. Con el hermetismo que requieren las negociaciones diplomáticas de alta sensibilidad, Argentina y Uruguay avanzan en el análisis de un plan de monitoreo conjunto y continuo sobre el río Uruguay.
Si la semana pasada, a su paso por Montevideo, Héctor Timerman mantuvo en reserva los detalles de la propuesta argentina, los uruguayos redoblaron la apuest a por el misterio. El canciller uruguayo, Luis Almagro, llegó el martes en total secreto a Buenos Aires, vio por la tarde la semifinal mundialista de la Celeste en un televisor porteño, y se presentó un rato después en la sede de la cancillería para entregar la contrapropuesta uruguaya.
Timerman lo recibió en su despacho pocas horas después de haber conversado con los asambleístas de Gualeguychú, pero la reunión trascendió recién ayer en ambas orillas del Río de la Plata.
Almagro decidió adelantar su viaje a Buenos Aires ante la suspensión del encuentro de cancilleres de la Unasur que estaba programado para mañana en Quito, donde pensaba conversar con Timerman, explicaron voceros oficiales en Montevideo, que se negaron a dar precisiones sobre el contenido de la propuesta uruguaya.
“Ahora la pelota quedó en el campo argentino”, se limitaron a declarar.
Existe un esfuerzo evidente por evitar las declaraciones altisonantes en ambas orillas, que sólo sirvieron para atizar el fuego en los últimos cinco años. Esto mismo le explicó Timerman a los asambleístas, al argumentar que no iba a revelarles la letra fina de la propuesta argentina hasta tanto no terminen las negociaciones. “Cualquier malentendido podría echar todo a perder”, les dijo.
En Montevideo están en la misma sintonía. “Esto ha costado mucho. Durante cuatro años no se pudo lograr nada y ahora se levantó el corte por 60 días. Están manejando el tema con gran cautela”, explicaron fuentes gubernamentales citadas por el diario El País.
Con todo, hay algunas cosas claras. Se sabe que ambos países coinciden en que el monitoreo no se limite a la pastera UPM y su zona adyacente sino que abarque ambas orillas de los poco más de quinientos kilómetros del curso del río Uruguay que sirven de límite entre Argentina y Uruguay. También que el proceso estará a cargo de científicos y técnicos que supervisados por la CARU, la comisión administradora binacional del río que fue muy cuestionada por los asambleístas por no haber alertado a tiempo sobre la instalación de Botnia.
El punto más delicado sigue siendo el cuánto y cómo se avanzará en el control de la actividad interna de la pastera. “Los países tenemos que aceptar el fallo de La Haya, que dice que el control se realiza dentro de la planta papelera. Eso es parte del fallo”, reiteró ayer Timerman.
Con todo, una posibilidad es que se habilite el ingreso de los científicos cuando los análisis de los vertidos en el río detecten algún grado de contaminación. José “Pepe” Mujica ya advirtió hace semanas que la planta de la discordia debería flexibilizar en algo su cerrazón a un control externo. En el mismo sentido habría intentado avanzar ayer el ex canciller colorado Didier Opertti cuando realizó una visita de bajo perfil a UPM. No es casual: se trata de uno de los funcionarios uruguayos que habilitó la instalación de la papelera.
Y Mujica prometió consultar cada paso que dé con los miembros de la oposición.
En cambio, la inclusión de Brasil en el monitoreo del río, que en principio era visto con buenos ojos tanto por Mujica como Cristina Kirchner, habría quedado descartada porque ese país no autoriza el control de los 1.200 kilómetros de aguas del Uruguay que transitan por su territorio.
Quedan 25 días para que se cumpla el plazo que ambos mandatarios se dieron para firmar un acuerdo.
Relaciones
Por Walter Curia
En medio del caso Venezuela, los vínculos con Mujica y Piñera son ejemplos de relaciones maduras y serias y de cómo puede mantenerlas este gobierno cuando se lo propone. El salto de la relación con Uruguay es evidente desde la salida de Tabaré y su resultado se lee en esta edición. Con Chile se eludieron roces a los que invitaban los tropiezos de Piñera con la cuestión de los Hielos Continentales y con el desafortunado nombramiento en la Embajada. Sería penoso si este comportamiento se debiera apenas al voto de ambos países en favor de Kirchner en la Unasur.
Brasil no quiere inspecciones y no participará del programa
Lo reconoció ayer el senador Filmus. La Argentina no había puesto reparos.
Por Leonardo Mindez
“Algunas cositas vienen de allá”, había deslizado con picardía el presidente uruguayo, José Pepe Mujica, al blanquear sus sospechas sobre el vertido de las industrias brasileñas en los 1.200 kilómetros del río Uruguay que transitan por el territorio de aquel país.
Por eso, en la reunión del 2 de junio en la Estancia Anchorena, el “Pepe” le había anticipado a Cristina Kirchner que invitaría a Brasil a sumarse al monitoreo.
La Presidenta argentina no había puesto reparos.
Pero el plan se frustró por ahora ante la negativa brasileña a que terceros países controlen sus aguas.
Así lo reveló ayer el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Daniel Filmus, que tras salir de una reunión en la Cancillería le dijo a Clarín que “está excluida cualquier participación de Brasil en el monitoreo del río Uruguay porque ese país no permite que se haga lo mismo aguas arriba, en su territorio ”. Así se lo habían explicado tanto Héctor Timerman como la asesora letrada de la Cancillería, Susana Ruíz Cerruti.
Filmus llegó a la cancillería junto a otros cinco senadores oficialistas y dos de la oposición para el primer encuentro de los integrantes de la comisión con Timerman, desde que se hiciera cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El acuerdo que se busca con el Uruguay para avanzar en el monitoreo del río fue uno de los puntos centrales de la conversación entre el canciller y los senadores.
Los legisladores ratificaron que el principal objetivo de la propuesta argentina es “dar cumplimento al fallo de La Haya en toda su extensión” y, en particular, que se avance en un control exhaustivo del río y de la planta UPM.
Timerman comentó con los senadores que el lunes había recibido la contrapropuesta uruguaya de manos del canciller Luis Almagro pero aún no había tenido tiempo de observarla en detalle. A pesar de lo cual, se mostró confiado en alcanzar un acuerdo para fin de este mes , cuando vence el plazo que se impusieron Cristina y Mujica en aquel encuentro de principio de junio.
A la espera de ese plan de monitoreo, los asambleístas de Gualeguaychú decidieron levantar provisoriamente el corte del Puente Internacional San Martín después de tres años y medio.
En las últimas horas, los referentes de esa Asamblea Ambiental ratificaron que esperan tener un representante técnico dentro del grupo de monitoreo.
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