La ACUMAR presentó el informe a casi dos años del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación referido al saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo.
La tarea es parte del Plan Integral de Saneamiento Ambiental diseñado por el organismo que integran el Estado nacional, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de "recomponer el ambiente (agua, aire, suelo) y mejorar la calidad de vida" de los casi 5 millones de habitantes de la zona.
Gustavo Villa Uría, presidente Ejecutivo de la ACUMAR, detalló que para concretar esos objetivos se trabaja en varios frentes, entre ellos el monitoreo de las industrias aledañas al curso de agua, el ordenamiento territorial, la urbanización de villas y asentamientos, la expansión de las redes de agua y cloacas, y la limpieza de margenes y pavimentación de caminos costeros.
También en el monitoreo del agua, los sedimentos de la cuenca y del aire, la educación ambiental, y el desarrollo de un plan sanitario de emergencia, dijo el funcionario del ente autárquico en una conferencia de prensa.
Asimismo, se indicó que la limpieza de márgenes de los ríos se realiza por medio de cooperativas de trabajo que generaron más de 300 puestos, en tareas que comprenden levantar la basura flotante, desratización y desmalezado de las márgenes, y forestación en el tramo desde el Camino de Cintura hasta el puente Barraca Peña.
La ACUMAR tiene en 2010 su primer presupuesto propio, de 43,8 millones de pesos, la mitad de los cuales los aportó el Estado Nacional a través del ministerio de Planificación Federal, mientras el resto será entregado por el gobierno bonaerense y, en menor medida, por la administración porteña.
Para 2011, detalló Villa Uría, "existe un compromiso de gestión de aportes de 319 millones de pesos por parte de la Nación, 80 millones de la provincia de Buenos Aires, y 25 millones de la Ciudad de Buenos Aires".
En lo que respecta al Plan Sanitario de Emergencia, el representante del ministerio de Salud de la Nación en el organismo, Fernando Nunez, detalló que "se encuentran en plena ejecución tres proyectos de investigación de tóxicos en líquidos biológicos, y en el relevamiento de la población infantil en la Cuenca para verificar su estado nutricional y el estado de desarrollo psicomotriz en niños menores de 6 años".
"Se trata de la población más vulnerable a contaminantes provenientes de los residuos, de los barros contaminados del fondo de los ríos, de agua de mala calidad para consumo, y del aire, se realizan análisis de sangre y de orina en laboratorios para detectar, por caso, rastros de plomo, tolueno, benceno y mercurio, entre otros", indicó Nunez.
En el mismo orden se proyecta activar un sistema de vigilancia epidemiológica permanente y una red de laboratorios de análisis clínicos toxicológicos articulando la acción de varios hospitales.
La Cuenca Matanza-Riachuelo se extiende a lo largo de 70 kilómetros y cubre una superficie de 2.200 kilómetros cuadrados.
Sus características hidrológicas determinan la ejecución de un plan integral de desagües pluviales, otro destinado al tratamiento de los efluentes cloacales y la proyección de una barrera de contención de las aguas del Río de la Plata para regular las posibles crecidas e impedir inundaciones
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