"América latina es el continente más desigual e inequitativo del mundo. Esto quiere decir que no necesariamente es el más pobre, donde hay más pobreza, pero sí que hay mayor desigualdad en los niveles de ingresos", explicó a La Prensa Eleonor Faur, Oficial de Enlace del Fondo de población de las Naciones Unidas en Argentina (UNFPA, en sus siglas en inglés), en un diálogo con motivo de celebrarse mañana el Día Mundial de la Población. Creado para llamar la atención sobre el incremento de la cantidad de personas que habitan el planeta, la jornada recordará la necesidad de preservar los recursos naturales como también fomentar el estudio de los problemas sociodemográficos.
"También notamos -agregó- que los hogares no son iguales en donde hay mayor o menor ingresos. Por lo general los que tienen menor ingresos tienen más hijos y las tasas de mortalidad materna y de maternidad son mas altas en las provincias más pobres, en tanto que los niveles educativos son más altos en los sectores más acomodados como la clase media a alta. Esta desigualdad habla de la existencia de una injusticia y no es única de nuestro continente".
En marzo de este año, el UNFPA presentó un estudio que compila la última información disponible en el país sobre salud sexual y reproductiva, estado de la epidemia de VIH/Sida, envejecimiento demográfico, estructuras familiares y mortalidad materna e infantil, entre otros temas.
La salud sexual de los jóvenes es uno de los ejes centrales del estudio, con miras a la declaración que hará el UNFPA en agosto próximo al instaurar el 2010 como el Año Internacional de la juventud.
En el informe se señala que el nivel actual de fecundidad adolescente en la Argentina es de 64,0 por mil, una tasa que si bien está por debajo del promedio de América Latina y el Caribe (72,2 por mil) y de América del Sur (81,5 por mil), presenta muchas disparidades al interior de las provincias.
Las tasas más bajas de fecundidad adolescente se encuentran en Ciudad de Buenos Aires, que con un nivel de 34,0 por mil se distancia de todas las demás jurisdicciones, en tanto que en el otro extremo Chaco, Formosa, Misiones, Santa Cruz y Santiago del Estero presentan tasas superiores al 80 por mil esto es, por encima del promedio regional.
"Estos datos afianzan el concepto de inequidad. Pero también notamos que cuando uno toma un indicador, trata de ajustarlo y tomar un promedio, por lo general, esto tiende a ocultar las enormes desigualdades. Si, por ejemplo, decimos que en la Argentina la tasa de fecundidad es de 2.4 puntos de promedio de hijos por mujer (en general) tenemos que inmediatamente decir que las provincias del norte tienen casi 4 hijos por mujer y la Ciudad de Buenos Aires tiene casi 2 por mujer", destacó Faur.
"Además, mientras baja la tasa de fecundidad a nivel país vemos que en los sectores populares la tasa de fecundidad adolescente no baja sino que se mantiene constante -agregó la funcionaria-. Esto indica, de alguna manera, que los sectores populares no siempre acceden a los mismos recursos o a la misma información que los de mejor ingreso. Aunque la política pública esté dando importantísimos adelantos en este sentido, todavía hay una situación de desigualdad social que requiere mucho compromiso y trabajo".
LOS JOVENES
En el informe también se destacó que los adolescentes de los sectores más pobres suelen dejar la escuela antes de completar sus estudios para insertarse en el mercado laboral, en el caso de los varones, o llevar adelante un embarazo no siempre planificado, en el caso de las mujeres.
De esta forma, la "exclusión del sistema educativo aumenta con la edad, pasando de un 4% en los niños y las niñas de entre 6 y 12 años a un 12% entre adolescentes de 13 a 17 y un 53% en jóvenes de 18 a 22".
Según el estudio, el ingreso al mercado laboral constituye un obstáculo más para la población juvenil en la Argentina debido a la falta de preparación para ocupar puestos de trabajo que tiempo atrás demandaban una instrucción escolar inferior.
Por otra parte, a pocos meses de realizarse el nuevo censo de población en la Argentina, la necesidad de mayor información sobre la cambiante realidad es uno de los puntos que resaltan cuando se quiere definir la situación sociodemográfica en el país.
"Este año estamos trabajando en el tema de que todos y todas cuentan. Que cada persona es importante, que hay que conocer las dimensiones socio demográficas y los datos confiables de los países. Es la forma de apoyar la importancia de los relevamientos de las estadísticas sociodemográficas y los buenos análisis para sostener las políticas públicas. No es igual las políticas que se llegarán a definir por el tamaño, la ubicación y las formas de vida de una determinada población con respecto a otra% explicó Faur.
Asimismo, agregó que "se resalta la importancia de la información para hacer frente a las dinámicas cambiantes en las que se encuentran estas personas. El capítulo sobre migración que presentamos en marzo muestra el estado de la inmigración proveniente de los países limítrofes de la Argentina. Pero a nivel mundial, la inmigración se incrementó bastante. Incluso se está hablando de cadenas globales de cuidado porque lo que esta sucediendo es que muchas de las mujeres que migran a los países del norte, van desde América Latina, Africa o Asia para prestar tareas de cuidados a más bajo costo. Entonces, es en las enfermeras o empleadas de servicio doméstico, entre otras, en las que se observa la femenización de la inmigración y donde se flexibilizan las condiciones de trabajo".
En el caso de Argentina, cientos de mujeres provenientes de países limítrofes, como Paraguay o Bolivia, o cercanos como Perú o Colombia llegan a las grandes ciudades buscando trabajos para luego enviar dinero a sus familias que aún permanecen en sus hogares de origen.
CONDICION
No menos importante son los cambios en la condición de actividad según sexo y edad. El informe establece que "la tasa de participación laboral de la población de 14 y más años de edad se incrementó en casi el 10 por ciento entre 1996 y 2006, pasando del 55,4 al 60,1 por ciento. El cambio más notable en este periodo fue el incremento aún mayor en la tasa de empleo (del 45,8 al 54,9 por ciento) con la consiguiente caída de la tasa de desempleo de la población económicamente activa, que se redujo a la mitad entre el primero y segundo de los años mencionados: 17,4 y 8,7 por ciento, respectivamente".
Además, del estudio se desprende que este comportamiento no fue parejo en ambos sexos y entre generaciones. "Se debe destacar que, aunque la tasa de desempleo se redujo a la mitad tanto entre los varones como entre las mujeres (si bien entre ellas continúa siendo más alta), la participación femenina en la actividad económica se incrementó en forma mucho más notable, y otro tanto ocurrió con la tasa de empleo", se enfatiza en el texto generado por el UNFPA.
Luego se agrega que "la tasa de actividad de los hombres se mantuvo prácticamente estable, al tiempo que el empleo masculino se incrementó en un 12,5 por ciento. La tasa de participación de las mujeres aumentó en casi el 20 por ciento y el empleo femenino lo hizo en un 33 por ciento; es así que a fines de 2006 casi la mitad de las mujeres urbanas de 14 años y más eran económicamente activas y más de cuatro de cada diez estaban ocupadas".
Por último, llama la atención en el estudio el incremento de los niveles de actividad y empleo entre las mujeres en edades reproductivas y entre las mujeres y los varones en edades cercanas a la jubilación y aun en edades más avanzadas que las vigentes para el retiro de la actividad. "Para 2006, cerca de 7 de cada diez mujeres entre 25 y 49 años eran económicamente activas y más de 6 de cada diez estaban ocupadas", concluye el informe |
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