A pesar del resurgimiento nuclear la entrada del capital privado en el organismo canadiense generó suspicacias.
La Argentina quiere evitar los problemas que planteó el retiro de Siemens del negocio atómico.
Como resultado de las sucesivas y recientes visitas de técnicos y directivos del sector nuclear enrolados en la francesa Areva, en Westinghouse y en el todavía organismo estatal Atomic Energy of Canada Limited (AECL), trascendió que para el Ministerio de Planificación la preocupación básica estriba en asegurar con la mayor premura el desarrollo de las próximas obras de extensión de la vida útil de la usina atómica de Embalse, trabajos que deberán iniciarse hacia fines del 2012 o a más tardar a comienzos del 2013.
La preservación bajo condiciones de máxima seguridad de la central de Embalse (648 MWe), que entrase en operación comercial a inicios de 1984, en realidad ya vio comenzar las primeras tareas de prolongación (revamping) de su vida útil con la etapa de diagnóstico de todos los componentes que deberán reemplazarse o modificarse.
Tal es el caso de cuatro genera dores de vapor que Nucleoeléctrica Argentina (NASA) adjudicó en fecha reciente a IMPSA, a un costo de u$s150 millones.
A pesar de que la AECL tiene en marcha en Point Lepreau, Quebec, el revamping de una usina de similar potencial que Embalse, la prolongación de la vida útil de la central cordobesa vendrá a renglón seguido de la puesta en marcha comercial a comienzos del 2012 de Atucha II.
Sólo de esa forma podrá asegurarse que, a mediados de esta década, el Sistema Interconectado Nacional pueda contar con más de 15.000 GW/h anuales aportados por el recurso atómico.
Siempre en favor de la preservación del plan de millonarios negocios que la AECL alienta mantener con la Argentina, hace pocos días hizo su arribo a Buenos Aires la viceministra federal adjunta de Recursos Naturales del Canadá, Cécile Cléroux, con el deliberado objetivo de que la Argentina, con el pretexto de la privatización del organismo atómico de ese país del Norte, no decline su voluntad de contar a mediano plazo con un nuevo reactor de potencia similar al de Embalse.
Ese hipotético contrato de un cuarto reactor de potencia supeditado a que el Canadá, a pesar de la privatización de la AECL, esté amparado en su realización por “una garantía de Estado a Estado”.
Si bien para las autoridades del sector energético sería deseable contar con otro reactor como Embalse, porque así se daría plena economicidad a la infraestructura de servicios existente desde hace años para ese tipo de centrales como es el caso de la planta elaboradora de agua pesada de Arroyito, o las fábricas del ciclo de combustible, podría en esta ocasión por los problemas que se derivarán de la privatización de la AECL, verse desplazada por la adopción de un reactor de otra tecnología.
En paralelo con las conversaciones que están en cabeza de la canadiense AECL y de la japonesanorteamericana Westinghouse, sigue en desarrollo un amplio acuerdo de cooperación suscripto con el organismo estatal de la Federación de Rusia Rosatom orientado hacia la “construcción de centrales nucleares en la Argentina y suministro de combustible, basa- generados en reactores VVER”.
Rosatom suscribió en abril último con el Ministerio de Planificación un tratado focalizado en la “posibilidad de localizar en el territorio de la República Argentina distintos elementos del ciclo de combustible nuclear, incluyendo el desarrollo de la industria nacional” en la fabricación de elementos combustibles para ese tipo de instalaciones.
Con la sombra de Chernobyl a las espaldas de la ex URSS, Rosatom admitió en los alcances de su acuerdo aplicar tecnologías que cumplan con todos los requerimientos nacionales e internacionales de confiabilidad y seguridad cuyo licenciamiento será supervisado por la Autoridad Regulatoria Nuclear.
El mayor esfuerzo en el que a partir de ahora deberá concentrarse Rosatom concierne al costo del financiamiento que Rusia deberá conceder a la Argentina para hacerle posible inclinar a su favor una opción tecnológica en las que todos los oferentes cotizan en primera.
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