Las heladas aguas que rodean a las Malvinas dieron ayer otra mala noticia al Reino Unido y a la administración de las islas. Falkland Oil & Gas (FOGL), una de las compañías que habían ganado licencias de exploración, informó ayer que abandonó el pozo que estaba perforando debido a que no encontró petróleo ni gas en el lugar. FOGL es la tercera empresa que informa que no encontró hidrocarburos en cantidades que hagan rentable su extracción.
El mes pasado, Desire Petroleum anunció ante sus inversores de la Bolsa de Londres que tapó el pozo que había perforado, una noticia que fue seguida poco más tarde por un comunicado de la empresa Rockhopper, que informó que la cantidad de gas que había hallado en el área que fue asignado no alcanzaba para que extraerlo fuera un negocio rentable.
Ayer, Tim Bushell, el CEO de FOGL, consideró que “los resultados en el pozo de Toroa (el primero que abrió en el área de su concesión) son decepcionantes”, aunque recordó que “es la primera perforación en un área que nunca había sido explorada”. El directivo anunció también que seguirán buscando petróleo cuando consigan una nueva plataforma para explorar en aguas profundas. Hasta ahora, las tres compañías usaron la plataforma Ocean Guardian para perforar los pozos.
Esta semana se supo que otra compañía, Argos Resources, está dispuesta a explorar en una nueva área de concesión, una vez que consiga en el mercado de Londres los US$ 106 millones necesarios para solventar la operación. Según Argos, con esos fondos emprenderá estudios sísmicos en 3D y pagará el alquiler de una plataforma.
La Argentina llevó adelante una serie de denuncias en organismos internacionales desde que el gobierno de las islas anunció que de forma unilateral otorgaría licencias de exploración. La Casa Rosada implementó represalias para volver más cara la explotación, como impedir que los buques que lleven materiales a las Malvinas toquen puertos argentinos o naveguen por aguas jurisdiccionales argentinas. El ex canciller Jorge Taiana negoció con los países de América latina y el Caribe una condena a la ocupación británica.
El mes pasado, el canciller Héctor Timerman dio un discurso en Nueva York frente al Comité de Descolonización de la ONU en el que protestó por la búsqueda de petróleo en el área y se mostró preocupado por las consecuencias en el medio ambiente del Atlántico Sur que podrían tener trabajos de esa naturaleza. “No debemos soslayar ni minimizar el riesgo que desde el punto de vista ambiental supone para toda nuestra región esta aventura colonialista del Reino Unido en el Atlántico Sur, basada en la rapiña de los recursos naturales no renovables de nuestro continente, a miles de kilómetros de sus fronteras y de su propio hábitat, al amenazar con agotarse los recursos hidrocarburíferos del Mar del Norte”, dijo Timerman.
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