Hace poco, la Asociación Estadounidense de Productores de Maíz comenzó a emitir comerciales de TV en Washington en los que aparecía un villano fácilmente reconocible: la petrolera británica BP PLC y su enorme derrame petrolero en el Golfo de México. "Etanol: ahora es el momento", era el eslogan del aviso.
"El etanol no genera contaminación, es bueno para el medio ambiente y, comparado con el petróleo, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero", indicó el presidente de la asociación, Darrin Ihnen. "El derrame es un buen recordatorio de eso".
Los productores de maíz no son los únicos que esperan aprovecharse de los problemas de BP para beneficio propio. Ahora, cuando lobistas, políticos o especialistas en relaciones públicas buscan un símbolo de la maldad, BP encabeza su lista de candidatos, incluso si el tema tiene nada que ver con el petróleo.
Pocas veces se ha visto que una empresa fuera blanco de tanta ira y frustración como las que está enfrentando BP desde la explosión en abril de uno de sus pozos. Este incidente se tradujo en 11 muertes y desató uno de los peores desastres medioambientales de la historia de Estados Unidos.
Las declaraciones aparentemente poco sensibles de varios ejecutivos de BP, incluida una que realizó Carl-Henric Svanberg, presidente de la junta directiva, que se refirió a los pescadores del Golfo y otras personas afectadas por el derrame como gente de menor importancia, sólo alimentaron el enojo.
Los boicots de estaciones de servicio con la marca BP se han propagado y algunos grupos activistas han pedido que el gigante petrolero sea marginado de los contratos petroleros. El pasado fin de semana, videos subidos a YouTube de un concierto gratuito en Gulf Shores, Alabama, muestran al músico estadounidense Jimmy Buffett cambiando la letra de su canción Margaritaville para decir: "Y lo sé, todo es culpa de BP".
Problemas provechosos
Expertos en el manejo de crisis afirman que sacar provecho de los problemas corporativos ajenos puede dar resultado. El hecho de que este incidente particular involucre a una petrolera, la pesadilla de los activistas medioambientales, sólo magnifica el efecto.
"No hay, nunca ha habido y nunca habrá ninguna desventaja en atacar a una petrolera", indicó Eric Dezenhall, presidente ejecutivo de Dezenhall Resources, una firma de gestión de crisis de Washington.
Cuantas más veces es invocado el nombre de BP por el público en general, más sufre la imagen de la empresa, afirman los expertos. "Pasarán años antes de que logren, si es que lo logran, que este incidente sea olvidado", apunta Gerald C. Meyers, profesor de administración de la Universidad de Michigan y experto en manejo de crisis.
El derrame en el Golfo ha tenido reverberaciones tan negativas que algunas empresas que no tienen nada que ver con el petróleo temen ser metidas en el mismo saco que BP.
En una disputa reciente sobre arroz modificado genéticamente, Bayer CropScience, con sede en Alemania, le pidió a un juez del estado de Missouri que les prohibiera a los abogados de los demandantes que la compararan con BP. Temían que los demandantes dijeran que Bayer estaba manchando los cultivos de arroz de EE.UU. de la misma forma en que BP ha bañado las costas estadounidenses con su petróleo.
BP prefirió no hacer comentarios sobre la forma en que otros invocan su nombre.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, también se ha sumado a la ola de críticas. En un discurso desde la Oficina Oval el mes pasado, Obama mencionó el desastre petrolero de BP como un motivo para presionar para la aprobación de leyes que limiten las emisiones de gases de efecto invernadero.
Mientras el nombre de BP se usa para promocionar, o retractarse de, varios intereses políticos y económicos, también se está convirtiendo en un insulto en la cultura estadounidense en general.
Bloggers enojados se refieren a AT&T Inc. como la "BP de las telefónicas" por los problemas en su red. En Twitter, los usuarios dicen que Toyota es la "BP de la industria automotriz" después de que anunciara llamados a revisión en todo el mundo por las quejas de que sus vehículos se aceleraban sin control. AT&T y Toyota no quisieron hacer comentarios para este artículo.
En Fela, un popular musical de Broadway que está actualmente en cartelera en Nueva York, se cambió la actuación final. El elenco de actores se pasea por el escenario sujetando carteles de protesta contra compañías que los personajes consideran corruptas. El show reemplazó recientemente un cartel que decía Siemens, el conglomerado industrial alemán, por uno de BP.
El derrame también ha proporcionado una fuente interminable de inspiración para humoristas de televisión. Uno de los más conocidos en EE.UU., Jimmy Fallon, bromeó que la Guardia Costera tenía buenas noticias, al asegurar que estaba recuperando 2,4 millones de litros de petróleo al día. "La mala noticia es que lo están atrapando con patos", añadió Fallon.
-Ellen Gamerman y Jason Zweig contribuyeron a este artículo
|
|
|