Las poblaciones cercanas al río Bravo, en el estado de Tamaulipas, están nuevamente sobre alerta por un nuevo desbordamiento, mientras importantes carreteras del estado continúan hoy sin circulación debido a los destrozos provocados por las lluvias.
Embalses como la presa Falcón, en la cuenca del Bravo, incrementarán las extracción de agua de mil 125 metros cúbicos por segundo a mil 700; por ello se esperan inundaciones con subidas en el nivel del agua ente dos y tres metros de altura, reporta la prensa nacional.
La Falcón almacenaba hasta las últimas horas tres mil 761 millones de metros cúbicos de agua; su capacidad de conservación es de tres mil 200 millones, y la de control de corrientes de tres mil 880, lo que deja poco margen de maniobra si no se acude a abrir compuertas.
Según explicó el director técnico de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), David Negrete Arroyo, la creciente en el río Bravo podría alcanzar los 10 metros; en el caso del río Salado bajó la altura, pero continúa desfogando agua de la presa Venustiano Carranza.
La Comisión Nacional del Agua alertó a los municipios fronterizos de Tamaulipas, especialmente a los asentamientos en zonas bajas y en las cercanías del río Bravo, para que las personas abandonen el lugar y se trasladen a refugios temporales.
De acuerdo con la delegación de Autotransporte de Carga de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, se hallan varados desde el jueves pasado cerca de 20 mil camiones de carga y 150 autobuses, debido al cierre de las carreteras Nuevo Laredo-Monterrey y Nuevo Laredo-Reynosa por las inundaciones que dejó el río Salado.
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