La inundación provocada por la crecida del río Salado dejó seriamente afectadas las viviendas de 246 familias, las que en el transcurso de los próximos meses recibirán alrededor de $ 2.460.000. Es decir, $ 10.000 cada una, en calidad de subsidio, con fondos gestionados ante la Nación.
La primera entrega ya fue realizada a principios de mes, con 156 beneficiarios, quienes ya pudieron regresar a sus hogares, que hasta no hace mucho todavía permanecían bajo un manto de agua, o bien bajo un lecho lodoso que dañó las estructuras, tanto de ranchos, como viviendas de materiales de una decena de barrios que fueron sometidos a un relevamiento por personal de distintos organismos provinciales.
Precisamente, a partir del resultado de esta inspección puerta a puerta, llevada adelante por técnicos del Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo y personal de Defensa Civil y de Desarrollo Social, se pudo determinar la cantidad exacta de damnificados y sus necesidades.
Es así como desde el Gobierno de la provincia se dispuso gestionar ante la Nación el envío de fondos para asistir a las familias.
Si bien muchos ya empezaron a utilizar el dinero para acondicionar sus casas, todavía quedan alrededor de 90 familias que no siguen alojadas en distintos centros de evacuación, ya que pese al paso del tiempo, el agua todavía no descendió lo suficiente. La mayoría se encuentra en los barrios ubicados entre la ruta 92 y 34, que soportó lo peor de la crecida. También quedan muchas casas en zonas rurales, cercanas al cauce del Salado, donde la evacuación tuvo que ser total.
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