Desesperados se encuentran los residentes de Brisas de San Antonio, Vista Hermosa y la calle Nicanor Rosas, debido a los malos olores y la gran cantidad de aves de rapiña que a diario les afectan por el pésimo estado en que se encuentra la planta de tratamiento de aguas servidas de Penonomé.
Según los residentes, aunque este es un problema constante, con la llegada de las lluvias la situación se agrava, pues los malos olores no se aguantan y tienen que vivir prácticamente encerrados y con atomizadores ambientales para poder respirar y comer.
Cecilia Sánchez, vecina de la planta de tratamiento, indicó que la situación se ha hecho inaguantable, por lo que urge que las autoridades hagan algo para solucionar el problema de esta planta de tratamiento que, además de contaminar el río, por la falta de seguridad se ha convertido en un botadero de vísceras de pescado y desperdicios de animales.
Ante las quejas de las comunidades, el alcalde de Penonomé, Carlos Jaén, se reunió en el área con la directora del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), funcionarios de Salud, el representante de Cañaveral y miembros de la comunidad para buscar una solución temporal al problema.
Elsie Hernández, directora regional del Idaan, manifestó que son conscientes del problema que genera esta planta de tratamiento que se quedó obsoleta; no obstante, la solución al problema es bastante compleja y costaría varios millones de dólares. Afirmó que ya la entidad ha comenzado diversos estudios y está recibiendo propuestas de empresas privadas.
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