Tregua con vistas a solución. El termómetro del Gobierno para medir el estado de la relación con Uruguay muestra un clima político templado en el horizonte, lejano de las tormentas que signaron el vínculo en los últimos cuatro años, pero todavía distante de una fresca primavera.
Con ese ánimo cauteloso como guía, el canciller Héctor Timerman recibirá mañana a su par uruguayo, Luis Almagro, para profundizar el diálogo bilateral sobre el monitoreo conjunto que los dos países deben instrumentar sobre el río Uruguay, donde opera la pastera UPM (ex Botnia).
Pocas expectativas fueron dejadas trascender frente al cónclave. A tono con la prudencia con que se maneja el tema, la Cancillería se limitó a confirmar la fecha del encuentro.
Aun así, según supo LA NACION de altas fuentes diplomáticas, es intención de las dos partes que la audiencia permita sentar las bases de un entendimiento para que los presidentes Cristina Kirchner y José Mujica puedan formalizar un acuerdo en los primeros días de agosto.
Los cancilleres buscarán poner fecha para un nuevo encuentro de jefes de Estado. Timerman conversó ayer del tema con la presidenta Kirchner, luego de que ésta recibiera las cartas credenciales del nuevo embajador uruguayo en Buenos Aires, Guillermo Pomi.
Por estos días, la Casa Rosada y la Cancillería apuestan al levantamiento definitivo del corte de ruta y a la negociación del plan ambiental con la administración de Mujica como las vías que conduzcan a la solución final del diferendo por la instalación de la papelera en Fray Bentos.
Pero ambos caminos elegidos para sobreponer el entredicho están, todavía, en plena construcción. Y pese a la voluntad y a las buenas perspectivas que se vislumbran, en el oficialismo prima la cautela. Ocurre que no existen aún garantías de que estas vías lleven a destino seguro en el corto plazo.
"La negociación transcurre bien y por la senda adecuada. Todos han dado muestras de buena voluntad. Pero hay que esperar, porque el plan de monitoreo debe satisfacer a todas las partes por igual y debe ser la garantía que necesitamos para poder dar vuelta la página", afirmó a LA NACION una alta fuente oficial, conocedora como pocas del operativo de reconstrucción de la relación.
Optimismo uruguayo
Desde Uruguay, el canciller Almagro se mostró ayer optimista y consideró cercana la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
"Quedan algunos detalles técnicos para ajustar, pero creo que ellos dieron una buena base con su propuesta, extrajimos la mejor parte de eso e hicimos algunos ajustes técnicos", dijo.
Desde que asumió al frente de la Cancillería, Timerman ha transformado en su principal apuesta de gestión el procurar que no se empantane la negociación bilateral con el vecino país.
El jefe de la diplomacia pretende evitar que se pierda el envión dado al vínculo por el fallo de La Haya, que ordenó que se lleve adelante un monitoreo del río.
La inquietud de Timerman por lograr avances en el plan de control responde a que de los logros que se alcancen en esa negociación con Uruguay dependerá el ánimo de los asambleístas de Gualeguaychú.
La petición formulada por los ambientalistas para deponer la protesta es que, como parte del control, se puedan tomar muestras de contaminantes en el interior de la planta de UPM.
Esa inquietud fue incluida en la propuesta que el ministro Timerman presentó a la contraparte uruguaya hace tres semanas. La iniciativa tiene como eje principal la posibilidad de realizar un control de la totalidad del curso de agua compartido y no sólo del tramo de operaciones de UPM.
Esto se interpreta como un guiño a Uruguay, para que se pueda controlar también a las industrias del lado argentino que arrojan efluentes a las aguas comunes.
El gobierno de Mujica respondió con una contrapropuesta, de cuyo contenido nadie en la Cancillería se atreve a hablar. A treinta días de la suspensión del corte de ruta, que fijó una tregua de dos meses en el conflicto con los asambleístas, las negociaciones bilaterales por el monitoreo están en curso en un clima de fuerte hermetismo.
En definitiva, un clima acorde con las expectativas que las partes han depositado sobre ese plan.
LA NEGOCIACION
La reunión. El canciller argentino Héctor Timerman y su par uruguayo, Luis Almagro, se reunirán por tercera vez para coordinar cómo será el monitoreo conjunto del río Uruguay.
Los antecedentes. Timerman presentó una propuesta para controlar todo el curso de agua compartido (eso le permitiría a Uruguay vigilar también los efluentes argentinos). El gobierno de Mujica respondió con una contrapropuesta, cuyo contenido no se dio a conocer.
Los plazos . La negociación debe hacerse lo más rápido posible: los asambleístas suspendieron el corte del puente internacional por 60 días y ya van 30.
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