A menos de dos semanas de la cumbre que Cristina de Kirchner y José Mujica mantendrán en San Juan, en el marco de la reunión de presidentes del Mercosur, los cancilleres de la Argentina, Héctor Timerman; y de Uruguay, Luis Almagro, volverán a reunirse mañana en Buenos Aires para analizar las propuestas presentadas por ambos países para lograr un acuerdo de control conjunto del río Uruguay.
Se trata del tercer encuentro de cancilleres tras la restitución del diálogo entre los gobiernos luego de que la Asamblea de Gualeguaychú levantó el corte que mantenía en el paso fronterizo desde 2006.
En rigor, mañana será la Argentina la que deberá contestar formalmente a la contrapropuesta ofrecida por Uruguay para controlar el funcionamiento de Botnia y sus efectos sobre el río.
El plan argentino, en tanto, consiste en un programa de vigilancia para la planta de celulosa UPM-Botnia de Fray Bentos, «conforme a lo establecido en la sentencia» de La Haya.
Esa sentencia impone un control «conjunto y continuo» del funcionamiento de la Planta UPM-Botnia y de «sus efectos sobre el río Uruguay y, posteriormente, analizar la propuesta de un plan de control y prevención de la contaminación del río Uruguay».
Las divergencias se mantienen por distintas lecturas del fallo de La Haya. Mientras que Buenos Aires plantea que ese dictamen insta a las partes a controlar la planta de Botnia-UPM, Montevideo considera que esa instrucción no es taxativa, y que por el contrario establece solamente la supervisión del río. En las reuniones previas ambos cancilleres avanzaron sobre una propuesta argentina y una contrapropuesta uruguaya que precisamente habla de la necesidad o no de supervisar a Botnia por dentro y de extender o no ese control a otras plantas.
La posibilidad de alcanzar un acuerdo también acelerará la reposición de un embajador argentino en Montevideo, plaza vacante desde hace varios meses tras la salida de Hernán Patiño Mayer.
«Si las cosas avanzan seguramente será el momento de firmar un acuerdo, si no se reunirán igual para tratar de destrabar», analizó un colaborador de Almagro.
Almagro llegará por la mañana al Palacio San Martín acompañado por los embajadores Francisco Bustillo y Julio Baraibar. Ayer, consultado sobre la expectativa en torno a un acuerdo, el canciller oriental consideró esa posibilidad como «cercana» y esquivó dar detalles sobre la propuesta acercada días atrás a su par argentino.
Sin embargo, este diario pudo saber que se trabaja en la elaboración de un plan que conforme a ambas partes: por un lado, la Argentina insiste en la necesidad de controlar directamente a Botnia, mediante un ambicioso plan a cargo de técnicos y científicos. Por el otro lado, Uruguay reclama que los monitoreos alcancen además a todos los emprendimientos industriales -en su mayoría argentinos- ubicados sobre el río y que también tendrían efectos contaminantes sobre el caudal. En el primer encuentro que Timerman y Almagro mantuvieron en Montevideo, trabajaron sobre la base de un proyecto elaborado durante la gestión de Jorge Taiana, que incluía no sólo el control continuo de la polémica pastera, sino una vigilancia permanente de los emprendimientos localizados sobre ambas márgenes del río.
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