Se trataron públicamente como "David" y "Barack"; tomaron cerveza juntos, pasearon por la Casa Blanca y hasta se sorprendió el premier británico del "orden" que, al parecer, impera en el dormitorio de las hijas del presidente de los Estados Unidos.
Pero ni siquiera semejante catarata de gestos amistosos impidió que el desastre medioambiental del Golfo de México y la liberación, en Gran Bretaña, del responsable de la matanza de Lockerbie se colaran como una nube negra en la cumbre con la que Barack Obama y David Cameron pretendían relanzar la relación bilateral.
Cameron vino dispuesto a eso. Dijo que "entendía" el malestar y el "enojo" de los norteamericanos por el monumental derrame que la empresa BP está causando en el Golfo de México. Pero asumió la defensa de la empresa al asegurar que está haciendo "todo lo posible" por "reparar" el desastre. Y dijo que nada tuvo que ver con la liberación del responsable del atentado de Lockerbie.
El libio Abdel Basset al-Megrahi, condenado originalmente a cadena perpetua por la bomba en el avión de PanAm, en 1988, fue liberado hace un año por "razones humanitarias". Y la sospecha es que, tras esa maniobra, hubo presiones de BP para que ese gesto le facilitara negocios petroleros en Libia.
La liberación del libio fue "una mala decisión" de la justicia escocesa, dijo Cameron, al deslindar toda responsabilidad de la petrolera británica, una de las principales empresas del Reino Unido.
El primer ministro aseguró dos cosas más al respecto. La primera, que la empresa BP "no tuvo nada que ver" con la liberación del terrorista.
"No hay pruebas de ello", aseguró, al abordar la espinosa cuestión de si la liberación de lo que él mismo catalogó como "el principal asesino de masas" tenía algún vínculo con el interés de BP de lograr negocios petroleros en Libia.
Y lo otro que aseguró Cameron fue que colaborará con la investigación que impulsa el Senado de los Estados Unidos. "He dado orden para que se revisen todos los papeles del caso, a ver si hay algo que pueda ser difundido", añadió.
El británico compareció en conferencia de prensa junto a Obama. El encuentro de ambos líderes quiso ser un relanzamiento de la relación bilateral, luego de que el año pasado se reprochó "cierta frialdad" en la forma en que el presidente de los Estados Unidos recibió al ex primer ministro Gordon Brown.
Ambos destacaron los vínculos de ambos países y el "compromiso" que mantienen con la situación en Afganistán. "Tenemos una relación profunda con Gran Bretaña", destacó Obama.
Pero, pese a las sonrisas y los gestos de distensión, quedaron flotando las diferencias por el derrame y por la liberación del terrorista. Y por la sombra de BP en ambos casos.
De hecho, y más allá de la disposición a "revisar papeles", Cameron rechazó los llamados estadounidenses para investigar la liberación del condenado por el atentado sobre Lockerbie y aseguró que no hay indicios de que la petrolera BP haya contribuido a esa decisión.
Aseguró luego que la liberación no fue obra del gobierno británico ni tampoco de presiones de BP para ganar concesiones de petróleo en Libia. "Fue una decisión del gobierno de Escocia basada en razones humanitarias", dijo el británico, que definió a Al-Megrahi como el "mayor asesino de masas en la historia británica".
Cameron sostuvo que el libio "jamás debería haber sido sacado de prisión".
Obama, en tanto, manifestó el malestar de los Estados Unidos. "Todos aquí quedamos sorprendidos, decepcionados y enojados", aseguró.
Un poco de cortesía
Pero los intentos de acercar posiciones en otros terrenos fueron evidentes. Y para eso, nada mejor que la cortesía y las bromas. Obama ofreció a Cameron un largo paseo por la Casa Blanca, que incluyó una ojeada al dormitorio de las pequeñas hijas del presidente.
"Quedé impresionado" por lo limpias y ordenadas que estaban las habitaciones de las chicas, de doce y nueve años, dijo Cameron.
"Si el presidente de los Estados Unidos puede conseguir que las habitaciones de sus hijas estén tan limpitas, el primer ministro del Reino Unido también debería hacer lo propio", bromeó Cameron, padre ya de dos hijos y a la espera del tercero.
Obama dijo, entre risas, que las chicas "sabían que [Cameron] iba a venir" y por eso pusieron especial cuidado en el aspecto de su cuarto.
Fue, al parecer, un poco de cortesía, para intentar suavizar las cosas.
LA NUEVA FUGA ES DE OTRO POZO
WASHINGTON (EFE).- La fuga de crudo detectada anteayer cerca de Macondo, el pozo averiado en el Golfo de México, que había generado gran preocupación, corresponde en realidad a otra perforación en desuso, afirmó ayer el almirante Thad Allen, responsable del operativo contra la marea negra designado por la Casa Blanca. En tanto, la empresa BP informó ayer que elabora un nuevo plan para tapar definitivamente el pozo averiado.
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