El estudio integral del río Negro resulta fundamental para determinar, luego, la factibilidad de cualquier proyecto que se emprenda.
Esto lo aseguró el titular de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), frente a la polémica desatada en torno de la posibilidad de que se haga un trasvase de caudales desde el Negro al Colorado.
"No se puede hablar de trasvase o de proyectos de regadío cuando todavía no existe el estudio del río Negro", puntualizó Gustavo Romero.
Admitió que las tres provincias (Neuquén, Río Negro y Buenos Aires) tienen potestad sobre las aguas, pero previamente se debería saber qué necesidades existen y cuánto corresponde a cada una.
"En Patagones, la oposición utilizó el tema con alguna picardía política para confundir a la gente y esto no hace bien", aseguró el titular de la AIC.
Este fue el diálogo mantenido con Romero:
--Convengamos que este tema de definir los cupos del río Negro viene de hace tiempo. Quizás esta polémica que se desató acelere la decisión de hacer el trabajo. En la práctica, ¿demoraría mucho?
--Sí. El Coirco tardó años en definir los cupos del río Colorado, a través de los proyectos elaborados por las provincias. Después lo definió el consejo de gobierno. Lo mismo debería hacer el consejo de gobierno de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC). Por lo pronto, se podría comenzar a elaborar un trabajo, con vistas a la decisión del órgano superior.
--Ante la repercusión en torno del tema trasvase, ¿tomó contacto con alguna autoridad bonaerense, para plantear la necesidad del estudio?
--Tuvimos varias reuniones a través de Ricardo Curetti. Se le explicó a la ministra de Infraestructura (Cristina Rodríguez) cuál era la necesidad. Pero es imprescindible el estudio.
--¿Cuál es su relación con los concejales de Patagones? Porque lo han criticado fuerte. ¿Por qué lo hicieron? ¿Porque usted es de Patagones y no toma una definición sobre el tema en base a lo que ellos pretenden?
--Yo tengo un cargo provincial y me debo a las definiciones del gobierno provincial. No puedo tomar decisiones porque me lo diga un concejal de la oposición. Sería lo mismo que yo les dijera lo que tienen que hacer como concejales. No corresponde.
Primero, el análisis.
--A la distancia, se advierten actitudes muy localistas, porque, en todo caso, si mejora el agua del río Colorado, se beneficiarán las zonas de riego que dependen de ese curso de agua ubicadas al norte del distrito...
--Exactamente. Esto es así. Cuando sepa cuál es su cupo, la provincia de Buenos Aires definirá qué va a hacer con el agua. Como maragato, vamos a pelear para tener un proyecto de regadío, al cual hay que reflotar. En 2008, Eduardo Sainz (gobernador de Río Negro) y Daniel Scioli (gobernador de Buenos Aires) firmaron una carta de intención para hacer un trabajo en conjunto. Mi próxima gestión será potenciar este acuerdo técnico y comenzar a trabajar definitivamente en las distintas alternativas que puede tener el partido de Patagones. Pero, insisto, debe mediar el estudio del río Negro.
--¿Se trató el tema en el seno de la AIC? ¿Las provincias fijaron posiciones o simplemente fueron conversaciones?
--Han existido conversaciones, inclusive en años anteriores, pero no se tomó decisión alguna porque cada representante provincial responderá a lo que determine el consejo de gobierno. Esto no quita que podamos hacer trabajos previos que requieren de muchos estudios. En principio, es cosa de los técnicos y, luego, cada provincia pondrá sobre la mesa sus necesidades y se definirán estrategias para llevar adelante el reparto correspondiente.
--Ricardo Curetti ha dicho que no sería descabellado pensar en hacer el trasvase del Negro al Colorado y, a la vez, emprender los proyectos de riego en el distrito de Patagones. ¿Esto puede ser factible?
--Todo puede ser factible, pero media el estudio técnico. Como no está, uno no sabe. Tomo las palabras de Miguel Boyero (titular del Coirco), quien admitió que no existe un proyecto para hacer el trasvase. Sí, hace 30 años, se firmó un acuerdo en el seno de este organismo. Carmen de Patagones debe comenzar a trabajar nuevamente con los gobiernos provincial y nacional, para emprender sus proyectos de riego. Hay que tener más precisiones.
El acueducto a Bahía Blanca
--De alguna manera, entonces, lo positivo de todo esto es que quizás sirva para reflotar ideas que hoy están archivadas o esperando...
--Sí. Coincido con José Luis Barbier, cuando dijo que el ministerio del Interior analiza las distintas cuencas hídricas existentes en el país. Hoy, Bahía Blanca tiene un problema latente, que es la necesidad de agua para consumo. El proyecto del acueducto va a resolver esa coyuntura. Esto sirve. Lo que no sirve es cuando los temas se usan políticamente o para ensuciar, como ocurrió en Carmen de Patagones. Hubo demasiados actores en esto, diciendo cosas que no me parece que sean correctas.
"No caben dudas de que Patagones necesita de un proyecto de riego que cambie su economía regional y creo que lo debemos encarar en conjunto con Río Negro".
--Si alguien tomó el acueducto a Bahía Blanca como eje del trasvase del Negro al Colorado, se equivocó, porque no es necesario para este proyecto...
--Por ahí, eso es lo que se interpretó. Pero no es así. La provincia de Buenos Aires ya pidió el cupo para el acueducto y se dio el visto bueno en el Coirco. Ojalá la obra se haga rápido, porque Bahía Blanca necesita caudales para consumo. Es una ciudad que crece y la sequía afectó seriamente a Paso de las Piedras. Bienvenida esta obra para esa ciudad y otras localidades. Sin agua, está claro, no se puede vivir.
--¿Qué sensación tiene usted, como maragato, cuando se asoma al río Negro y ve cómo tanto caudal se va al mar sin que se aproveche un recurso, como el agua, cada vez más escaso?
--De los poco más de 700 metros cúbicos por segundo del módulo del río Negro, 250 constituyen el caudal ecológico que, sí o sí, tiene que terminar en el mar...
--¿Cómo se determinaron esos 250 metros cúbicos?
--Por estudios hechos en su momento. De todas formas, el remanente se debe usar de la mejor forma posible, como lo hacen Río Negro, Neuquén y lo debemos hacer nosotros, en Buenos Aires.
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