La discusión que, por estos días, está dando la política en torno a Obras Sanitarias Mendoza (OSM) excede los $ 10 millones que se han solicitado para que la empresa intervenida pueda seguir funcionando.
Es que, más allá de que los legisladores de la oposición quieren tener más datos financieros, lo cierto es que algunos temen dar su aval para transferir ese dinero sin conocer cuántas veces tendrán que levantar la mano para salir a sustentar la operatividad de la empresa.
Para ellos, no existe un plan general a futuro sobre cómo se va a obtener el dinero para concretar las obras que hay que hacer y, mucho menos, un proyecto a largo plazo sobre lo que hay que resolver con el agua de Mendoza.
Desde la intervención de OSM explican que el panorama de necesidades está trazado y que la propuesta macroeconómica deben hacerla todos los partidos a partir de plantear un modelo de empresa, de gestión y de objetivos.
"La idea es saber cuántas veces habrá que autorizar un traspaso de $ 10 millones o cómo se va a subsanar ese déficit", preguntó el senador radical Sergio Moralejo; mientras que Aníbal Ríos, diputado del PD, coincidió en que el Gobierno aún no dice cuál es el número final que hace falta en el marco de un proyecto de más largo aliento.
Aunque la intervención ha diagnosticado la necesidad de contar con unos $ 175 millones para salir a responder las necesidades básicas operativas referidas a potabilización y tratamiento de efluentes, los legisladores temen que con ese dinero no se termine de sanear la empresa y que -además de tamaña inversión para sostener el servicio- OSM siga teniendo el déficit operativo actual de $ 40 millones o uno todavía superior.
"Hay que ver cómo se achica ese déficit de caja y salir a buscarle financiamiento ya a OSM", apuntó Mario Salomone, senador de la UCR, quien también recordó que no falta tanto para comenzar a pensar en el presupuesto del año que viene.
En este sentido, el interventor de la empresa, Gonzalo Dávila, admitió que los ingresos y los egresos están desequilibrados pero cómo se arregla esa diferencia es una decisión política que hay que tomar. Y para eso es que todos han sido convocados.
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