El agua es uno de los bienes más preciados y cuya existencia, en condiciones de potabilidad escasea marcadamente.
Nuestra región posee poblaciones cuya agua exhibe una calidad no apta para el consumo humano.
Desde agua excesivamente salobres, imposible de consumir e inútil para los vegetales, hasta aguas extremadamente contaminadas con todo tipo de elementos y marcada presencia de arsénico, y otras poblaciones que, castigadas por terribles sequías poseen napas sin el vital elemento.
Situaciones de diversa índole que va diezmando el estado sanitario de la población.
La solución pasa por la instalación de plantas potabilizadoras de alto costo que muchas veces no están al alcance de las disponibilidades de los pobladores y los gobiernos locales.
La acuciante situación de los habitantes está siendo tenida en cuenta por parte del Estado y ya sea con aportes que provienen desde las arcas provinciales o desde el estado central, distintas poblaciones de nuestra región están accediendo a plantas que le permiten brindar el vital servicio.
En algunas poblaciones se comenzó con la instalación de pequeñas plantas potabilizadoras y la disposición de canillas públicas para que los habitantes concurran hasta ellas a retirar el líquido para consumo humano. Otras poblaciones pudieron ir ampliando la capacidad de la planta y ya concretaron el tendido de la red domiciliaria, o están haciéndolo, de modo que todos puedan acceder al imprescindible servicio en su hogar.
En la víspera tres poblaciones de la región se beneficiaron con convenios, celebrados con el Gobierno provincial, para instalar la planta potabilizadora, Colonia Tacurales, y para mejorar su servicio Nuevo Torino y Vila.
De este modo se está poniendo a disposición de los habitantes un servicio que más que eso es un derecho para mejorar su calidad de vida.
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