Al menos cinco familias del paraje Tronco Blanco, distante 10 kilómetros de Real Sayana en el departamento Avellaneda, siguen padeciendo los efectos de las últimas inundaciones, producidas por las aguas desbordadas del río Salado.
Mario Pogonza, uno de los pobladores más afectados, relató la situación: “Desde que comenzaron las inundaciones tenemos agua en el campo, ya que el Canal 3 (nueva traza) desemboca allí y el agua no corre porque es una zona de bajos”.
En partes, tienen agua hasta un metro de altura y ello les ha generado innumerables pérdidas de animales, principal recurso de vida que desarrollan.
“Muchas vacas se fueron y no retornan, porque el terreno quedó pantanoso. Los caballos poseen enfermedades, por las que estamos gastando mucho dinero. Las cabras y las ovejas abortaron, por pastar en medio del agua”, relató.
De esa manera tampoco pueden vender los animales, asegura el vecino.
A ese panorama, se suma que el camino que los une con la ruta nacional 34, está cortado desde el mes de noviembre por una represa formada, conocida como El 15.
A raíz de esa circunstancia, para llegar hasta el pueblo, las familias de la zona deben transitar por un camino que pasa por un campo privado y de mayor distancia.
La situación de la familia Pogonza es desesperante, porque alrededor de su vivienda, tipo rancho, el agua que está por los alrededores, sobrepasa la defensa construida a 100 metros de la misma.
“La solución es que corten el paso del agua y que trabajen sobre los canales, para hacer que siga su rumbo hasta la zona de bañados”, comentó. El caso de estas familias es conocido por las autoridades de la zona.
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