Así lo aseguraron funcionarios de Aguas Bonaerenses (ABSA) para agregar luego que “eso se logrará a partir de la finalización del proceso de instalación y armado del sedimentador”.
“El final de esos trabajos permitirá que el agua que ingresa a la PAA desde el acueducto 9 de Julio tenga un proceso de potabilización de mayor dedicación, con lo cual se obtendrá un óptimo resultado en la calidad del agua que luego se mezcla con la proveniente del acueducto Moctezuma”, destacaron.
Agregaron que “el funcionamiento a pleno de la PAA constituirá el paso más trascendental para la región desde que ABSA tomó la concesión en los distritos de Casares, Pehuajó y 9 de Julio en 2002, en procura de seguir bajando los niveles de arsénico en agua, algo que paulatinamente se ha ido logrando a través de distintas obras financiadas por el gobierno provincial”.
Estas obras, que ya fueron visitadas por autoridades y asociaciones vecinales, se enmarcan en la convocatoria de la comisión de la Calidad del Agua que fue puesta en funcionamiento por el ministerio de Infraestructura bonaerense, y que integran los organismos de competencia en el tema -como ABSA- y la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC).
“Los distritos de Carlos Casares y Pehuajó estuvieron, desde un principio, dentro de las prioridades a abordar, ya que de acuerdo a registros oficiales tomados en los últimos 40 años, el agua suministrada en esa región presentó altas concentraciones de arsénico que fueron reduciéndose sensiblemente desde los primeros meses de la prestación de ABSA”, dijeron.
La PAA funciona con cinco celdas que filtran una importante cantidad de líquido. Según se indicó, permite suministrar agua apta para el consumo para una población de 50 mil habitantes.
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