El canciller argentino, Héctor Timerman, reaccionó ayer desde su Twitter ante comentarios formulados por el diario "El País", los que calificó de "ataque antisemita". En la red, el funcionario argentino se enfureció por algunos contenidos y así lo consignó. "Denuncio al diario 'El País' (Uruguay) por avalar un ataque antisemita hacia mi persona" y "espero que el diario 'El País' no se preste a atacarme por mi religión y mantengamos cierta cordura en el debate", manifestó. Más adelante, el propio Timerman se congratuló de que el matutino uruguayo haya suprimido "el ataque antisemita que se me hizo" y agradeció a "los que acompañaron con su indignación". El mensaje ­cuyo contenido se desconoce­ destinado al canciller argentino efectivamente había sido eliminado. Timerman pidió el domingo dejar que científicos controlen en forma permanente el impacto ambiental de las actividades industriales que se realizan en ambas márgenes de un río fronterizo con Uruguay, eje de un diferendo bilateral. "Lo hacemos extensivo a todos los establecimientos en ambas márgenes: la ciencia en cuidado del medioambiente no debe tener más límites", dijo el canciller a través de la red social Twitter.
El viernes se cumplió el plazo de 48 horas que Timerman había pactado con el canciller uruguayo, Luis Almagro, para volver a reunirse en Montevideo con la intención de acordar un sistema de monitoreo conjunto del curso de agua que permita superar un litigio bilateral, pero la reunión no se concretó. El miércoles, los cancilleres analizaron en Buenos Aires sendas propuestas basadas en el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 20 de abril, sobre el diferendo a raíz de la instalación de la planta de celulosa finlandesa UPM (ex Botnia) en la costa oriental del río Uruguay.
Ambos países esperan consensuar un acuerdo para su firma en la cumbre presidencial del Mercosur, que se realizará los días 2 y 3 de agosto en la ciudad argentina de San Juan (noroeste). El conflicto lleva seis años e incluyó un bloqueo de ruta en el principal paso de frontera, que ambientalistas argentinos mantuvieron cerrado por tres años y medio. "Uruguay no quiere los controles dentro de Botnia porque sabe que no puede resistir un plan de vigilancia permanente", aseguró el domingo Jorge Fritzler, integrante del grupo de activistas de Gualeguaychú, la ciudad argentina unida por el puente binacional a la uruguaya Fray Bentos, donde se emplaza la planta. Fritzler dijo al canal TN que realizarán el jueves una marcha de protesta frente a la Embajada de Finlandia en Argentina y recordó que el levantamiento del corte de ruta fue en calidad de "tregua". "Ojalá que no tengamos que cortar la ruta nunca más; exigimos que el acuerdo con Uruguay quede por escrito", dijo.