Finalmente la oposición le aprobó al gobernador Celso Jaque la prórroga a la intervención de Obras Sanitarias Mendoza por 60 días más, pero le negó el artículo 2 de la ley y lo dejó sin los 10 millones de pesos que solicitó para asistir financieramente a la empresa para cubrir el déficit en gastos corrientes.
Con el apoyo de todas las fuerzas políticas, la intervención a OSM se extendió hasta el 27 de setiembre cuando se hará efectivo el decreto del Poder Ejecutivo que dictó la caducidad del contrato de concesión y la reestatización de la prestadora de servicios.
En tanto, el salvataje financiero propuesto por el gobierno para que la empresa pueda "pagar sueldos" durante los próximos dos meses, como lo reconoció el oficialismo, fue desechado y ahora Jaque deberá echar mano a otra herramienta legal (un decreto) si pretende seguir adelante con la iniciativa.
El "no" del Frente
Es que el interbloque del Frente Cívico Federal finalmente se volcaron por la negativa a aprobar los fondos extras a la empresa y en el arranque del tratamiento legislativo (primero sesionó diputados y luego senadores) le bajaron el pulgar a la idea de Jaque.
Como portavoz del Frente político, el senador radical César Biffi expresó: "Creíamos que la intervención tenía que hacer toda una tarea para mejorar la situación de la empresa. No lo vemos así y creemos que los diez millones de pesos que el Gobierno reclama no necesita de la autorización legislativa".
Con la oposición en pleno en la vereda de enfrente, ya que los gansos habían adelantado que no avalarían el préstamo, el PJ no obtuvo las voluntades necesarias para salir airoso de la Cámara Baja donde el proyecto cosechó 25 votos en contra y solo 20 a favor (contó con el aval del oficialismo, el ARI, el PJ Unipersonal y el Proyecto Independiente Mendoza).
Por su parte Roberto Blanco, de Unidad Popular y Daniel Cassia, del PJ Federal, se abstuvieron.
Contra la intervención
Con un tomo reflexivo y crítico al mismo tiempo, el cobista Luis Petri cargó contra los responsables de la intervención y por extensión al Ejecutivo. "Quién no sabe dónde va, no tiene vientos favorables", reprochó.
La determinación de los opositores encendió a los justicialistas quienes inmediatamente pidieron instrucciones al mandatario provincial y después se aprestaron a batallar en el recinto.
A partir de ahí se inició una guerra de chicanas en la que el oficialismo vertió duras críticas a sus oponentes políticos.
En el comienzo acusaron al presidente de la UCR nacional, Ernesto Sanz y el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo como los responsables de "influenciar" a los legisladores para que no aprueben los fondos.
"Estos personajes de la política que han influido para que no voten -a favor-", gruñó Carlos Bianchinelli jefe del bloque de diputados peronistas.
Contra los cobistas
Acto seguido, le achacaron a la oposición cobista de ser funcional a la empresa privada para obstruir la estatización y luego dirigieron toda la artillería disponible al vicepresidente Julio Cobos en su papel de ex gobernador, y a Francisco Morandini, ex Ministro de Obras Públicas durante esa gestión.
Les endilgaron falta de control sobre OSM y connivencia con el empresariado para mirar a un costado y no controlar.
"Se parece (la relación de Cobos con los empresarios) a una asociación ilícita", tiró Jorge Tanús, presidente de Diputados que en una acción poco usual pidió hacer uso de la palabra como un legislador más.
Ante tales expresiones Jaliff, ex vice en la gobernación de Cobos, les devolvió el golpe: "Si aparecían los 10 millones de pesos no había asociación ilícita. Con qué poco se conforman...".
Para no ser menos, los demócratas también salieron a copar la parada y le enrostraron al PJ y la UCR la falta de capacidad para controlar al concesionario del servicio durante sus gestiones, lo que derivó en "el vaciamiento y derrumbe de la empresa", señaló el diputado Roberto Pradines.
Por último, el ganso defendió la postura del bloque del PD aduciendo que: "el presupuesto de Mendoza no puede financiar el despilfarro de una pésima gestión".
El Senado cumplió el trámite rápido para llegar al Boletín Oficial
Por Daniel Peralta - dperalta@losandes.com.ar
El Senado tomó la posta dejada por Diputados y se lanzó rápidamente al tratamiento de la ley que otorga dos meses más de intervención en OSM. Unos pocos discursos duros, que graficaban la continuidad del enfrentamiento vivido en la Cámara Baja y todos a aprobar ese único artículo posible, dadas las condiciones políticas reinantes. Queda flotando la duda acerca de lo que pasará de aquí en más, con la discusión de fondo que queda pendiente: cómo será la nueva empresa de aguas y saneamiento en manos del Estado.
Y a pesar de que el préstamo de 10 millones de pesos no era un tema en discusión para los senadores, dado que el artículo que autorizaba al Gobierno a dar ese auxilio financiero a OSM se cayó en Diputados, el tema siguió presente en las alocuciones.
Así, el radical César Biffi respondió la acusación del diputado (y presidente de la Cámara Baja) Jorge Tanús quien dijo que tanto Biffi como Juan Carlos Jaliff (titulares de los partidos UCR y Confe) cumplían la palabra empeñada en las negociaciones previas; Alejandra Naman se despachaba en contra de la privatización de OSM, y Carlos Aguinaga (PD) y Guillermo Amstutz (UP) descerrajaban los argumentos acerca del despilfarro que ocasionó la intervención estatal, por lo que era inconveniente otorgarle un crédito de 10 millones de pesos a la empresa, particularmente en el incremento de sueldos de las categorías más altas del organigrama.
No hubo mucho tiempo para cumplir con los rituales legislativos. Había que aprobar rápidamente para permitir la publicación del texto en el Boletín Oficial, por lo que la discusión se acotó a la palabra de unos pocos referentes por bloque.
El enojo de los legisladores del PJ por no lograr la aprobación de los 10 millones de pesos de auxilio financiero para OSM se tradujo en lo que, desde la Cámara Baja se denominó "ruptura de los acuerdos", debido la supuesta falta de palabra de los presidentes partidarios del Confe y la UCR. Por este motivo el PJ amenazó con continuar solo la definición de la futura empresa estatal de aguas y saneamientos, sin consensos políticos y por decreto.
En este contexto, Biffi fustigó duramente al oficialismo, calificando de "chiquilinada" el abandono del diálogo a la primera dificultad.
Biffi se lanzó a la defensa de su palabra y la de Jaliff, diciendo que nunca se garantizó el acuerdo por los 10 millones, por lo que "les dije que teníamos que discutirlo en la Legislatura", incluso recordó lo dicho en algunas reuniones, en las que solicitó que "sacaran los 10 millones de pesos de la discusión" de la ley que se trató ayer en la Legislatura "para alcanzar el consenso".
La interna del Frente
La postura del Frente Cívico fue mayoritaria. De todas maneras los roces internos, reproches y divisiones estuvieron a la orden del día.
Antes de bajar al recinto, todos los legisladores del Frente se reunieron para decidir una posición unánime. Sobre la mesa hubo tres opciones: la abstención, el "no" y el "sí" con condicionamientos. Y el sector más duro impuso el no a los fondos por un voto.
Tras el anuncio de la posición del interbloque, se pudo apreciar a varios legisladores rezongar.
Esas quejas por lo bajo, sirvieron, además, de sustento al argumento esgrimido por el oficialismo sobre la influencia de Alfredo Cornejo. Es que el principal reclamo estuvo en las filas del propio Frente.
"Que se hagan cargo los cornejistas de la decisión, ellos se creen que se pueden llevar a todos puestos", tiró un diputado.
Es más, el fantasma de la indecisión rondó sobre algunos hasta último momento. Sin embargo el ataque del PJ a Cobos y el pedido de una comisión investigadora para revisión todo el proceso desde 1998 en adelante, sirvió para despejar dudas y no hubo marcha atrás.
En tanto Néstor Piedrafita (también integra el FCF) no participó ya que siempre estuvo dispuesto a apoyar. En el caso de Roberto Blanco (UP) pretendía aprobar los recursos con la única condición de descabezar a la intervención. Finalmente se abstuvo.
Opinión
El día que los opositores se vistieron de villanos
En la negativa de la oposición hay -sin dudas- razones de fondo; pero también flota en la decisión el impopular rigor que suele signficar ajustar cuentas con la historia.
Por Luis Abrego - Jefe Sección Política
La tarde- noche del domingo 2 de agosto de 2009, el gobernador Celso Jaque invitó a su despacho en la Casa de Gobierno a los presidentes de los partidos con representación parlamentaria.
Pese a la inusitada, enigmática y urgente convocatoria, allí aparecieron con cara de sorpresa Carlos Le Donne (UCR), Juan Carlos Jaliff (Confe) y Omar De Marchi (PD) para conocer el motivo de esa imprevista reunión. Junto a Jaque se encontraron con el ministro Francisco Pérez, el secretario general Alejandro Cazabán y el titular del Epas, Javier Montoro.
El cónclave no fue demasiado extenso: el Gobierno sinceró que la situación de la red de agua potable y cloacas había colapsado y que -sí o sí- era necesario la realización de un plan maestro sustentado en una fuerte inyección de capitales para sostener el sistema santiario de los mendocinos.
Obviamente, la situación crítica de Obras Sanitarias Mendoza S.A. también entró en el análisis; sin embargo, no se avanzó más allá de un intercambio de ideas y actualización de información.
Sin embargo, al día siguiente, y sin que haya mediado comentario alguno a los partidos políticos ni a los visitantes del día anterior, el Gobierno anunció la intervención de OSM y un aumento promedio de la tarifa del 36, 5 por ciento.
Los presidentes partidarios (y sus respectivas tropas) se sintieron traicionados. Y mucho más aún: directamente engañados. Adujeron que fueron convocados para obtener consenso de una decisión que -en realidad- nunca les consultada.
Ayer, a casi un año de aquel episodio en que el oficialismo utilizó toda su picardía, la oposición parece haberse cobrado con creces ese trago amargo. Primero el PD y luego mayoritariamente la alianza de radicales y cobistas del Frente Cívico, dejaron solo al Gobierno en sus intentos de conducir de cualquier forma el proceso de reestatización.
Básicamente, tras la votación de ayer en Diputados, se le dijo al Gobierno que si la gestión estatal de la futura empresa será como la de este año, justamente para lo que se estaba exigiendo la cobertura de un déficit de 10 millones de pesos para los próximos dos meses, tal vez sea preferible explorar otros modelos de gestión.
Por otra parte, y a pesar de coincidir con la pertenencia de OSM al ámbito estatal, se juzgó como desafortunada la gestión del interventor Gonzalo Dávila, y hasta hubo quienes se atrevieron a cuestionar las atribuciones que durante este tiempo tuvo el sindicato del personal en el manejo de la empresa.
Así, con muchas críticas a lo que se había hecho en el pasado (incluso en otras gestiones tanto justicialistas como radicales), pero con pocas precisiones de lo que se quiere hacer con OSM en el futuro, el proceso sufrió un nuevo tropezón: la intervención continuará por 60 días más pero sin noticias sobre cómo se financiará ese viaje.
Aquí está el principal intríngulis que por estas horas desvela al oficialismo, ya que lo votado por la Legislatura les permitirá seguir manejando la empresa pero sin plata para llenar el tanque de nafta para seguir rodando.
En diálogo con periodistas, el presidente de la UCR, César Biffi fue más que ilustrativo de la parábola que significa OSM desde aquel soterrado aval de hace casi un año a esta negativa de fondos de estos días: “el Gobierno tiene mecanismos para resolver el problema,… ha sido una decisión del Gobierno la intervención de la empresa y los interventores están puestos por el Gobierno: ellos son responsables de esa situación y tienen que resolverlo en ese marco.
El que gobierna toma decisiones, resuelve o no problemas y se hace cargo de esas decisiones”. Y agregó que la actual situación de la empresa “es una decisión caprichosa del Gobierno que no tenemos por qué acompañar”. Algo así como decir que el que se corta solo, no tiene derecho a reclamar en el futuro fervorosos acompañamientos.
También en política los héroes son personajes escasos. Y lo que es aún peor, los villanos suelen tener buena memoria.
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