La Fundación Milenio observó las últimas negociaciones realizadas entre los vicecancilleres de Bolivia y Chile, en torno a los recursos hídricos de las Aguas del Silala, donde la Cancillería del Estado estaría cediendo la deuda histórica y aceptando la tesis chilena de que este manantial es un río de curso sucesivo.S
A punto de cumplirse un año de la presentación del Acuerdo Inicial entre Bolivia y Chile sobre el tema de las aguas del Silala (agosto de 2009), algunos sectores se pronunciaron sobre esta demanda boliviana, luego del encuentro diplomático en La Paz entre los vicecancilleres de Bolivia y Chile.
Es el caso de la Fundación Milenio, que mediante un informe denominado: “Compensación es venta: la historia del Silala”, renueva el debate en la opinión pública sobre las gestiones emprendidas desde la Cancillería del Estado en esta denominada deuda histórica.
COMPROMISO CHILENO
En mayo de 2009, las cancillerías de Bolivia y Chile acordaron un documento base donde el vecino país se comprometió a compensar económicamente al Estado boliviano por el uso de los recursos hídricos que se generan en el departamento de Potosí.
El comunicado oficial de la Cancillería boliviana dictaba: “El grupo de trabajo Bolivia – Chile sobre el tema Silala finalizó la redacción de un acuerdo inicial el que será sometido a instancias superiores, para su consideración y aprobación respectiva, con miras a una próxima suscripción”.
Dicho acuerdo fue firmado por el entonces vicecanciller de Bolivia, Hugo Fernández, y la directora de Fronteras y Límites de la Cancillería chilena, María Teresa Infante. En principio, no se divulgó el contenido del mismo, hecho que se dio un mes después.
En la IV Reunión del Grupo de Trabajo Bolivia – Chile sobre el tema del Silala de agosto de 2009, se socializó el Acuerdo Inicial que en una parte central afirmaba: “Las aguas que resulten de libre disponibilidad de Bolivia y que no fueren utilizadas en ese país, podrán ser puestas a disposición para su uso en Chile, para lo cual se deberá acordar un mecanismo que permita la constitución de derechos de aprovechamiento en la frontera, así como el valor que correspondiere por su uso exclusivo. Bolivia no afectará la naturaleza y la continuidad de dichas aguas”.
ACUERDOS Y RIESGOS
En el acuerdo se estableció además, el estudio para la cancelación de parte de Chile por el uso de los recursos hídricos, calificando el tema como “deuda histórica”. En principio este hecho pareció un avance, sin embargo, con una cancelación parcial se puede deducir que Chile tiene derecho al otro porcentaje adeudado de 50 por ciento.
Según el informe de la Fundación Milenio, “en el acuerdo no se menciona que la mayor parte del caudal de las aguas superficiales pudieran pertenecer a Bolivia, tampoco menciona la existencia de aguas subterráneas que fluyen de Bolivia hacia Chile (...) Bolivia se compromete a mantener las condiciones actuales del caudal y la calidad del agua, lo que supone no hacer obra alguna para aprovechar esas aguas dentro su territorio. Lo más crítico es que probablemente estemos hablando de un recurso no renovable, situación que podría probarse por la merma de los caudales”.
El Acuerdo Inicial también estableció que ambos países conformarían un equipo de trabajo para realizar estudios técnicos sobre el caudal y los flujos hídricos superficiales sin tomar en cuenta el volumen de agua subterránea, que comprobaría el derecho boliviano sobre el origen de estos recursos no renovables.
“Realizar estudios incompletos llevaría a reconocer que el agua del Silala es de propiedad de ambos países, y estaría aceptándose la tesis chilena de que se trata de un río de curso sucesivo cuyo aprovechamiento debe ser compartido”, dice el informe.
“Cabe subrayar que los estudios no son vinculantes jurídicamente y que el acuerdo inicial destaca que de no lograrse un entendimiento en algún aspecto específico, las partes podrán someterlo al arbitraje”, añade en otra parte relevante.
Asimismo, el documento de la Fundación Milenio recuerda que “mientras el año 2003 los dirigentes del MAS y las organizaciones sociales evitaron la exportación del gas por Chile, en la actualidad el gobierno central parece dispuesto a renunciar a la mitad de las reservas del Silala y negociar la venta del agua restante a ese país”.
POSICIÓN OFICIAL
Para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, el tema de las aguas del Silala es parte de las negociaciones pendientes que se desarrollan entre los vicecancilleres de ambos países. A la conclusión del encuentro de las autoridades diplomáticas el 15 de julio reciente, el pronunciamiento oficial de esta Reunión del Mecanismo de Consultas Políticas sólo derivó el tema al siguiente encuentro de noviembre en Chile.
La viceministra de relaciones exteriores de Bolivia, Mónica Soriano, en aquella oportunidad se refirió al tema de la deuda histórica del uso de las aguas del Silala y explicó: “Bolivia dio a conocer la deuda histórica y ante los criterios no compartidos hemos coincidido en que el equipo de trabajo antes constituido con relación a la temática del Silala se reúna nuevamente para analizar y responder sobre las propuestas que existan en esta materia. Este acuerdo ha sido socializado en Bolivia y han surgido nuevas inquietudes que deben ser respondidas por este grupo de trabajo”. |
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