La petrolera BP anunció las mayores pérdidas de un grupo británico en un trimestre y el reemplazo de su presidente ejecutivo Tony Hayward. La marea negra del Golfo de México podría costarle a la empresa 32.200 millones de dólares.
La británica BP confirmó la defunción profesional de su consejero delegado Tony Hayward, cuyas meteduras de pata lo habían convertido en blanco de críticas por la gestión de la catástrofe ambiental más importante de la historia de EE.UU.
Hayward será reemplazado el 1° de octubre por Bob Dudley, un hombre de 54 años que se convertirá en el primer ejecutivo no británico en encabezar BP. Hasta hace poco dirigía una empresa conjunta de BP y TNK en Rusia, cargo que ahora ocupará Tony Hayward.
En paralelo a este anuncio, BP reveló su intención de realizar provisiones extraordinarias por valor de 32.200 millones de dólares para afrontar posibles reclamos y pérdidas por el vertido en el Golfo de México. Esto se traduciría en pérdidas de US$ 17.000 millones en el segundo trimestre del año, una de las mayores en la historia de las corporaciones británicas. En 2009 BP cerró con una ganancia de US$ 4.000 millones.
Para afrontar tales costos sin depender excesivamente del endeudamiento, la firma creará un programa de venta de activos para ingresar 30.000 millones de dólares. Planea vender sobre todo explotaciones petrolíferas maduras que pueden ser provechosas para las explotadoras de menor tamaño.
También ayer, los responsables de BP saludaron el "apoyo y paciencia" de sus accionistas que, en el mejor de los casos, no recibirán dividendos hasta el cuarto trimestre del año.
Tras el anuncio del cambio de responsable, el presidente del directorio de BP, Carl-Henric Svanberg, afirmó que de ahora en adelante la firma será "diferente". "Necesita una nueva dirección apoyada por una gobernanza robusta y un consejo de administración muy comprometido", comentó.
Dudley, ex empleado de la sociedad estadounidense Amoco que se integró a BP cuando las dos empresas se fusionaron en 1998, se declaró "honrado por asumir la tarea de reconstruir las ventajas y la reputación de BP, pero triste por las circunstancias" en que estos cambios se producen.
En su primer entrevista en televisión tras el nombramiento, Dudley aseguró que una catástrofe como ésta "te sacude hasta los cimientos". Y continuó: "Tienes dos maneras de reaccionar: una opción es salir huyendo. La segunda es afrontar la situación y cambiar la cultura de la empresa, asegurándote de que todas las medidas de control funcionen, para que algo así no vuelva a ocurrir".
La situación que enfrentará es compleja: por un lado, deberá solucionar el derrame en el Golfo de México; por otro, lidiar con los números rojos y, finalmente, necesitará mejorar la imagen de la petrolera.
Es habitual que una multinacional cambie a su máximo ejecutivo para abrir una nueva etapa tras una catástrofe ambiental, económica y comercial como la del derrame en el Golfo de México. De todas maneras, los errores de Hayward no son ajenos a su caída: cometió el error de minimizar las consecuencias medioambientales del hecho ("El Golfo de México es enorme y el volumen de petróleo vertido y los dispersantes que hemos utilizado son sólo una fracción al lado del volumen total de agua", declaró en mayo) y en plena crisis participó en una regata de yates que en junio le valió más críticas.
El consejero delegado hizo pública su renuncia en un comunicado donde declaró su pesar por la catástrofe originada en la explosión que el 20 de abril mató a 11 personas. Dijo que "fue una tragedia horrible de la cual, en tanto que responsable de BP cuando ocurrió, me sentiré siempre profundamente responsable, sin considerar de quién fue la culpa".
"Creo que la decisión de dimitir que he pactado con el consejo de administración es consistente con la responsabilidad que BP ha mostrado durante estos terribles acontecimientos. BP va a verse transformada", añadió el consejero.
Cuando deje su puesto, Hayward recibirá una indemnización de 1,5 millones de dólares y conservará su derecho a una jubilación de US$ 900.000 anuales a partir de los 65 años.
NÚMEROS. Más allá de las cuentas de la empresa, un congresista norteamericano reveló que puede probar que BP engañó inicialmente a EE.UU. sobre la verdadera magnitud del petróleo derramado.
Según Edward Markey, presidente del Comité de Energía y Medio Ambiente de la Cámara Baja, al principio BP estimó que la fuga no superaba los 1.000 barriles diarios y luego se corrigió y afirmó que eran 35.000. Finalmente admitió que, en promedio y hasta que sellaron el pozo, todos los días se escapaban 53.000 barriles de crudo en el Golfo de México.
"Son cientos de miles de manchas"
Con 53.000 barriles de petróleo derramados a diario durante 90 días, en el mar del Golfo de México debería haber más de 750 millones de litros de crudo, aunque ahora no se ven y no se sabe dónde está el líquido derramado.
La empresa logró recuperar 132 millones de litros de una mezcla de petróleo y agua y realizó 411 quemas controladas.
"Lo que tenemos son cientos de miles de manchas de petróleo y el desafío consiste en descubrir dónde se hallan precisamente ahora, porque se han dispersado en una gran superficie", afirmó Thad Allen, responsable del gobierno de EE.UU. en la operación para detener la marea. Allen aseguró que "tal vez sea inexacto de mi parte denominarlas manchas. Lo que estamos viendo son alfombrillas, unidades con volumen, pequeñas concentraciones muy difíciles de detectar".
Apenas unas semanas atrás, la marea negra era una fuerza indetenible que llegaba a las costas. Ahora el petróleo es un enemigo escurridizo que debe ser localizado.
|
|
|