Argos Resources, la nueva petrolera que se sumará a las que ya están explorando unilateralmente en aguas de las islas Malvinas, recaudó ayer U$S 34 millones de dólares para iniciar sus actividades en el archipiélago. Será la segunda vez que la compañía intente la búsqueda de oro negro en la zona –lo había hecho sin éxito en 1997, cuando se realizaron las primeras perforaciones sin autorización argentina– y debido al contexto internacional de entonces los resultados fueron evaluados como comercialmente inviables.
Ahora la situación es completamente diferente. Ayer, la empresa elevó una solicitud de admisión de nuevas acciones en la bolsa londinense con el fin de iniciar cuanto antes los estudios que permitan acelerar las excavaciones de la plataforma Ocean Guardian, que arribó a la zona en febrero pasado.
Justamente, el principal activo de Argos es una de las licencias concedidas sin anuencia argentina por los kelpers, para explorar en una zona de 1126 kilómetros cuadrados al norte de las islas. “El interés de los inversores es fuerte y Argos cree que ahora es un buen momento para recaudar fondos”, aseguró el presidente de la empresa Ian Thomson en Londres.
John Hogan, geólogo y director operativo fue más entusiasta al sugerir que sólo el área que explorará Argos Resources “podría contener potencialmente entre 747 millones y 1750 millones de barriles de petróleo recuperable”.
Pero lo cierto es que Argos, valuada en poco más de U$S 100 millones quiere aprovechar también la buena performance que tuvieron las acciones de las cuatros petroleras que exploran Malvinas, desde que una de ellas (Rockhopper) anunció en mayo pasado que había encontrado hidrocarburos de calidad, sin mayores precisiones posteriores. En Londres, la embajada argentina ha enviado notas de advertencia a las ahora cinco petroleras que anunciaron el comienzo de actividades en las aguas de Malvinas, sin autorización argentina. Pero está claro que las amenazas del Gobierno hasta ahora no han desanimado a los inversores.