Los parches de aceite que cubren miles de kilómetros cuadrados del Golfo de México parecen estar disolviéndose más rápido de lo esperado, publica hoy el diario norteamericano The New York Times.
Luego de la explosión del pozo petrolero, ocurrida el pasado 20 de abril, inmensas zonas de alquitrán y aceite emulsionado siguen instaladas en la zona.
Periodistas que sobrevolaron el Golfo el pasado domingo indicaron que se redujo notablemente la contaminación, en comparación con las imágenes tomadas por un radar hace algunas semanas.
John Amos, presidente de SkyTruth, un grupo de defensa del medio ambiente, aseguró a The New York Times que comenzaron a disiparse las manchas de crudo en estas últimas dos semanas.
"El petróleo tiene poca vida en la superficie", dijo Amos, tras examinar las imágenes de radar. "La mancha de petróleo está empezando a disiparse muy rápidamente", continuó.
Después de 86 días de fuga de petróleo en el Golfo, el vertido logró ser detenido el pasado 15 de julio, luego de que BP instalara una tapa en el pozo. Sin embargo, no fue sellado, por lo que sigue habiendo riesgo de que la fuga se reanude.
Los científicos dijeron que la disipación rápida de la superficie del petróleo se debió probablemente a una combinación de factores. El Golfo tiene una inmensa capacidad natural para descomponer el aceite.
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