El gobierno de Estados Unidos mantiene a BP bajo presión, a 100 días de iniciado el derrame de crudo en el Golfo de México, pese al despido el director ejecutivo de la petrolera británica, quien fue sustituido por un estadounidense.
Mientras los dispositivos colocados sobre el pozo dañado para detener la fuga parecen resistir y los esfuerzos de recolección han reducido drásticamente el volumen de crudo visible en el mar, los funcionarios aseguran que aún se desconoce la magnitud del desastre.
Los encargados del gobierno estadounidense de supervisar los esfuerzos de BP para controlar la marea negra deben ofrecer una actualización de la situación al cumplirse este miércoles 100 días del desastre.
BP anunció el martes que apartaría 32.000 millones de dólares para pagar los costos de la catástrofe.
De 397 a 715 millones de litros de petróleo fueron vertidos al mar entre el 20 de abril -cuando explotó la plataforma Deepwater Horizon- y el 15 de julio -cuando BP logró detener la fuga colocando un dispositivo sobre el pozo dañado-.
BP habría recuperado una cuarta parte de ese derrame, en tanto provocó unos 400 incendios controlados de crudo y gas, aunque ello no explica que actualmente no haya petróleo visible en la superficie.
Expertos estadounidenses afirman que buena parte del petróleo en la superficie se ha degradado naturalmente.
La Casa Blanca mostró poca compasión por el ahora ex director ejecutivo de BP Tony Hayward, cuya partida fue anunciada en momentos en que la firma revelaba pérdidas récord.
Los comentarios de despedida de Hayward acerca de que fue "demonizado y vilipendiado" amenazaron de inmediato los esfuerzos de BP por reconstruir su imagen bajo el nuevo director ejecutivo, el estadounidense Bob Dudley.
"No creo que mucha gente en ningún país sienta demasiada pena por el ex director ejecutivo de BP", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
La prensa también recogió declaraciones de Hayward en las que señala que "la vida no es justa", a lo que Gibbs respondió: "Lo que no es justo es lo que pasó en el Golfo, lo que no es justo es que el accionar de algunos haya causado en mayor desastre ambiental que jamás haya visto nuestro país".
La gigante petrolera también enfrenta múltiples investigaciones sobre la explosión de su plataforma, que dejó once muertos y desató la marea negra.
Un grupo de investigadores de varias agencias federales, apodado "escuadrón BP", viajó a Nueva Orleans para realizar una pesquisa penal, reportó este miércoles el diario The Washington Post.
Además de BP, otras empresas están en el centro de la pesquisa. Se trata de Transocean -que arrendó la plataforma siniestrada Deepwarter Horizon a la firma británica- y el gigante de la ingeniería Halliburton -que había terminado de cementar el pozo menos de dos días antes de la explosión de la plataforma-.
Los investigadores estudian miles de documentos entregados por las compañías, interrogan a sus funcionarios e intentan determinar los responsables de varias operaciones en la plataforma.
Las autoridades también buscan establecer si funcionarios de las empresas realizaron falsas declaraciones a los reguladores, obstruyeron la justicia o falsificaron resultados de las pruebas a dispositivos de la plataforma para prevenir explosiones, indicó el periódico.
El Washington Post cita fuentes que indican que una de las líneas de la investigación es determinar si los inspectores del Servicio de Gestión de Minerales (MMS) hicieron la vista gorda a cambio de dinero u otros favores de las empresas.
Varias auditorías federales documentaron los estrechos vínculos de los funcionarios del MMS con la industria.
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