Las reacciones por el costo final de Salto Andersen -que estará entre 125 a 130 millones de pesos- no se hicieron esperar. Ayer, el legislador justicialista Martín Soria manifestó que "esa obra es el Yacyretá de los rionegrinos". La provincia requirió un préstamo para su puesta en marcha -que se prevé para diciembre- y la elevación del proyecto a la Legislatura actualizó el debate por el valor de esa central hidroeléctrica.
Un contrato de venta de energía del DPA a Cammesa por 10 años se constituirá en la garantía de un crédito por 54 millones de pesos, que son necesarios para la finalización de ese proyecto de generación. Como otro aval a la operación, el gobernador Miguel Saiz pidió a la Legislatura que lo autorice para la cesión de regalías hidroeléctricas que percibirá Río Negro.
El superintendente del DPA, Horacio Collado estimó el jueves ante "Río Negro" que la operación costará finalmente entre 125 a 130 millones de pesos, incluyendo el crédito en trámite por 54 millones orientado a "las tareas de interconexión a la red nacional".
En un comunicado, Soria consideró a Salto Andersen como el "Yacyretá rionegrino", aludiendo al proyecto presentado por el gobernador Saiz para "obtener una autorización legislativa para endeudar a la provincia en otros 54 millones". Recordó que, "según el gobierno rionegrino, el nuevo crédito permitiría culminar la construcción de la central hidroeléctrica, cuya ejecución se estimó en un 75%".
Soria consideró que se está frente a "un nuevo monumento a la corrupción", pues el "costo de la obra se infló en más de un cien por ciento de su valor real". Además, el legislador recordó que la construcción pertenece a la empresa española Isolux, que "llamativamente tiene -entre otras particularidades- como director Ejecutivo al ex gobernador Horacio Massaccesi".
El legislador resaltó que la obra "ha sido un nicho de corrupción desde sus inicios". Su construcción fue presentada en 1995 con un costo de 7 millones de dólares y, en el 2005, se llamó a licitación por 22 millones de pesos. "Los pliegos -recuerda- fueron inicialmente adquiridos por tres empresas, aunque el día de la apertura de los sobres solo apareció" Isolux Corsán, que "cotizó en más de 50 millones de pesos. Legalmente habría correspondido declarar desierto aquel proceso -indicó Soria- pero nada de eso ocurrió e, inexplicablemente, se quedó con la construcción" esa "única empresa" que "ofertó en más del doble de lo presupuestado inicialmente".