Este es un país que sabe cómo manejar el frío, pasando sin doblar la espalda el más brutal de los inviernos. Pero el calor es otra historia. Y nunca ha habido un calor como éste.
Así de extremo se ha vuelto el calor: Oymyakion, en el este de Siberia, es considerado uno de los lugares más fríos del planeta, en el que las temperaturas invernales superan los 32° bajo cero. El jueves, el termómetro también marcaba 32°. Sobre cero. Por la noche.
Gran parte de Rusia vive una emergencia. Estallaron incendios forestales. La sequía ha arruinado miles de hectáreas sembradas con trigo. Más de 2000 personas murieron ahogadas en ríos, represas y otras masas de agua en julio y junio, con frecuencia buscando alivio del calor después de haber ingerido demasiado alcohol. Solamente en Moscú, el número de muertes de esa clase se ha triplicado en comparación con el año pasado.
Durante toda la semana, la temperatura llegó a valores récord, y el jueves alcanzó una nueva máxima en Moscú, casi 39°. Julio ha sido el mes más caluroso desde que la ciudad empezó a hacer mediciones de la temperatura bajo el régimen zarista, 130 años atrás, declararon los funcionarios locales.
En la granja ictícola Biserovsky, en este suburbio moscovita, Iván Tyurkin avanzaba pesadamente por un muelle para vigilar los estanques de cultivo que lo rodeaban. No necesitaba un termómetro para darse cuenta de que el agua estaba perversamente tibia. Truchas muertas, que flotaban como boyas, bastaban como prueba de ello. El mes pasado, las truchas saltaban alegremente y Tyurkin se preparaba para otra cosecha abundante. Ahora, con el clima que aparentemente encontraba infinitas maneras de sembrar el caos en todo el país, su criadero estaba en crisis.
"Esto es simplemente muy difícil de creer", dijo Tyurkin.
"Nunca ha habido un verano como éste", agregó. "Nunca. Jamás."
Esa es una opinión vigente en toda Rusia. Nueva York, Washington y otras muchas ciudades de Estados Unidos también han sufrido sus propias olas de calor. Pero la mayoría de los rusos no tienen aparatos de aire acondicionado porque creen que no vale la pena hacer esa inversión dadas las temperaturas reinantes en los veranos típicos.
Como si la ola de calor no fuera suficiente, en los últimos tiempos Moscú ha estado cubierta por una pátina de humo procedente de los incendios que estallaron en las turberas pantanosas secas de los suburbios. Abrir una ventana en un desesperado intento de dejar entrar una brisa es, en cambio, una oportunidad para que ingrese el desagradable olor a humo. Una de las principales autoridades médicas del país estimó que caminar por Moscú unas pocas horas equivalía a fumar uno o dos paquetes de cigarrillos.
Traducción de Mirta Rosenberg
INCENDIOS: POR LO MENOS 35 MUERTOS
Por lo menos 35 personas murieron y otras mil perdieron sus hogares en los incendios forestales que han arrasado varios municipios en el centro-oeste de Rusia, una de las regiones más afectadas por la ola de calor. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, ordenó ayer movilizar al ejército para luchar contra las llamas. "El presidente ha ordenado al ministerio de Defensa movilizar todos los recursos necesarios para ayudar a extinguir las llamas", dijo la vocera presidencial. Ese ministerio indicó luego que 2000 militares fueron movilizados para participar de la lucha contra los incendios. El primer ministro, Vladimir Putin, visitó el pueblo de Verjniaia Vereia, cuyas 340 casas fueron destruidas por el fuego en menos de 20 minutos, y prometió una indemnización de 6614 dólares. |
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