Al menos 35 personas murieron y decenas resultaron heridas en Rusia en medio de incendios forestales y vientos equiparables a los de un huracán, indicaron este viernes las autoridades.
"La situación es muy grave", citó la agencia de noticias Interfax al presidente ruso, Dmitri Medvedev.
El mandatario dispuso el despliegue de 2.000 soldados además de los 240.000 bomberos a nivel nacional que ya vienen luchando para combatir las llamas, con la ayuda de aviones y helicópteros.
Por otra parte, el área en torno a San Petersburgo fue afectada por una fuerte tormenta. Siete personas -entre ellas, dos niños- perecieron por árboles que les cayeron encima.
Julio ha sido el mes más caluroso registrado en 130 años, con temperaturas promedio de 35 grados Celsius a lo largo de semanas en varias regiones rusas. Los bomberos sostienen que la ausencia de lluvias contribuye decisivamente a la propagación de los incendios forestales.
Cientos de casas se han prendido fuego y miles de personas perdieron sus hogares.
Este viernes, el primer ministro Vladimir Putin viajó a la región de Nishni Novgorod, unos 400 kilómetros al este de Moscú, donde los focos ignífugos han sido particularmente severos.
La televisión estatal transmitió imágenes de Putin junto a las ruinas humeantes de más de 300 viviendas, la mayoría de las cuales había sido construida en madera. El funcionario prometió ayuda inmediata equiparable a 165 millones de dólares.
|
|
|