Los incendios forestales provocados por la ola de calor más abrasadora que se recuerda en Rusia han causado la muerte a 28 personas y destruido pueblos enteros en el centro de este país. Los diferentes focos de incendio aún activos amenazan ya a más de 200 localidades de las regiones de Moscú, Voronezh, Nizhny Novgorod y Mordovia, ha informado el director del Centro Nacional para Situaciones de Crisis, Vladimir Stepanov, según la agencia de noticias
El fuego ha devastado ya 121.500 hectáreas y en las últimas 24 horas han quedado destruidas más de un millar de casas, según los últimos datos del Ministerio de Emergencias.
Ante la magnitud del desastre, el Kremlin ha movilizado el Ejército. Los miles de soldados, que utilizarán blindados y otros vehículos militares, se suman a los más de 250.000 efectivos del ministerio de Situaciones de Emergencia que ya participan en las labores contra incendios, apoyados por 25.000 vehículos de diverso tipo y 16 aviones que participan en las labores de extinción de los incendios forestales y de protección de aldeas y ciudades.
"Que ayuden en lo que puedan. La situación es realmente grave", ha asegurado el presidente ruso, Dmitri Medvédev, al autorizar el uso de los efectivos de las Fuerzas Armadas para frenar el avance del fuego. "Lamentablemente, carecemos de las capacidades para afrontar tales desastres naturales. En el futuro habrá que pensar en aumentar el parque de aviones contra incendios", ha reconocido el jefe del Kremlin.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, ha ordenado por su parte la distribución de 5.000 millones de rublos (aproximadamente 126,4 millones de euros) del presupuesto federal a las áreas centrales de Rusia que están siendo afectadas por los 61 incendios activos. Putin ha hecho un llamamiento a las autoridades federales y regionales a dejar de lado la búsqueda de culpables por fallos de prevención y a centrarse en la reconstrucción de las viviendas arrasadas por los incendios.
"No todo se hizo a tiempo ni en el volumen necesario, pero ahora no es momento de buscar responsables", ha dicho el jefe del Gobierno en una videoconferencia con autoridades y damnificados de las regiones afectadas por el fuego.
Moscú, en alerta
Las consecuencias de los incendios han empezado a sentirse en Moscú, donde los termómetros marcaron ayer un máximo histórico de 38,2 grados. La capital rusa ha amaneció varios días de esta semana cubierta por una nube de humo, lo que ha causado numerosos trastornos a los 10 millones de habitantes de la capital.
Según el ministerio de Situaciones de Emergencia, en Rusia desde el inicio de la ola de calor a mediados de junio se han producido unos 22.000 incendios. Por si fuera poco, la amenaza de incendios seguirá siendo alta la próxima semana en el centro del país y en las regiones bañadas por el río Volga a causa de la ausencia de lluvias, según ha informado el Centro Meteorológico de Rusia.
Debido a la ola de calor, que ha acabado ya con más de 10 millones de hectáreas de cultivos, elMministerio de Agricultura ha anunciado que ya se había declarado el estado de emergencia por sequía en 27 de las 83 entidades federadas del país. Según el asesor del Kremlin para el cambio climático, Alexandr Bedritski, hace casi 40 años que el país no sufría una sequía como la actual.
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