Las lluvias intensas causadas por los monzones en los últimos días en el noroeste de Pakistán ya han causado la muerte a más de 1.000 personas mientras que los equipos de rescate siguen luchando por distribuir ayuda a las decenas de miles de personas aisladas por los aludes y riadas. El ministro de Información de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Mian Iftikhar Hussain, ha dicho que la cifra de muertos podría ser mucho mayor ya que hay una gran cantidad de desaparecidos.
"La devastación está tan extendida, es tan grande que es bastante posible que en muchas áreas haya daños, fallecidos de los que aún no nos hemos enterado", ha dicho por su parte el general Athar Abbas.
Más de 30.000 soldados paquistaníes han rescatado a más de 19.000 personas de áreas aisladas, pero aún hay decenas de miles que esperan a ser trasladadas en zonas remotas de Kohistan, Nowshera, Dir y el valle del Swat, en donde virtualmente no hay un puente en pie, según Abbas.
Según las agencias de ayuda, son más de 50.000 los afectados por las lluvias torrenciales y los aludes en el noroeste del país. Además del rescate de personas aisladas, les preocupa la propagación de enfermedades. Sin embargo, lo peor aún puede estar por venir, ya que el departamento paquistaní de meteorología pronostica más lluvias para los próximos días.
La vecina Afganistán también ha sufrido los embates del mal tiempo. Decenas de personas han muerto y otras miles han sido rescatadas tras las inundaciones que han arrasado poblados enteros.
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