La actual temporada de calor en Rusia convirtió al codiciado verano en una catástrofe nacional sin precedentes, al menos en los últimos 100 años, por la cifra de incendios y la magnitud de los destrozos.
Las preocupaciones por los récord de altas temperaturas y la contaminación ambiental se suplantaron por el pánico y la desazón que provocaron las imágenes televisivas sobre la vertiginosa expansión de los focos incendiarios en las regiones centrales de la Federación.
De acuerdo con datos preliminares, el número de muertos asciende por ahora a 28, con centenares de damnificados. Se estima que más de dos mil personas en la zona central de Rusia quedaron sin techo.
La sequía y los vientos han propiciado el incremento del área de expansión de los incendios, que en su mayoría se originan en lugares de difícil acceso, aunque las autoridades llamaron la atención también sobre las acciones intencionadas.
El ministerio de Situaciones de Emergencia informó este sábado el agravamiento de la situación con los incendios en los Urales, la región del Volga y en el distrito central. Unas 14 provincias o regiones fueron declaradas en situación extraordinaria dado que el fuego amenaza a más de 200 poblaciones en las zonas del desastre.
Socorristas de la defensa civil han evacuado en las últimas horas a miles de pobladores de Samara, Voronezh, Riazan, Vladimir, Mordovia, Lipets y Tatarstán.
En la ciudad de Toliatti, Samara, centenares de personas se trasladaron a sitios más seguros para protegerse del fuego y del humo. Unas 500 familias en Nizhny Novgorod perdieron sus viviendas, al igual que los cientos de damnificados reportados en Voronezh.
Los siniestros han devorado también los bosques en las reservas de la biosfera en Mordovia, Urales y Riazan. En la provincia de Moscú el fuego destruyó considerables extensiones de la floresta y todavía están activos varios focos.
Ante esa tragedia de gran magnitud, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó agilidad y eficacia en las labores de rescate a la población y en la liquidación de los incendios. El primer ministro Vladimir Putin visitó el viernes la región de Nizhny Novgorod, una de las más dañadas por la tragedia natural.
Medvédev solicitó al ministerio de Defensa prestar apoyo a la defensa civil con personal, técnica especialiazada y recursos.
El mandatario conminó también a que abandonen sus cargos los dirigentes municipales, cuya gestión genera críticas de la población afectada con los siniestros naturales.
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