El intendente Mario Barletta recorrió esta mañana las obras de regularización de drenajes que se están realizando con el objetivo de solucionar la acumulación de agua en la zona sur de la ciudad.
Las tareas se realizan en el sector comprendido entre las calles Sara Faisal, entre Amenábar y Corrientes, donde se están colocando canalones de hormigón sobre las viejas zanjas paralelas a la avenida Circunvalación Mar Argentino, frente al Puerto de la ciudad.
De la recorrida participaron junto al mandatario municipal, el subsecretario de Recursos Hídricos, Felipe Franco; el director del Programa de Descentralización Territorial, Mariano Cejas; el director del Programa de Trabajo y Empleo, Carlos Pereira; y el coordinador de Distrito, Rodolfo Bravi.
Franco explicó que lo que se está realizando “es la readecuación de un canal existente, dándole una sección confinada y firme, y a su vez, manteniendo una característica que tenía: una sección generosa y hasta un poco mayor de la que existía anteriormente para regularizar la pendiente y readecuar la boca de tormenta”.
“Esto va a provocar tener un material más noble como el hormigón y el escurrimiento va a tener una pendiente más definida, completó Franco.

Trabajo de cooperativas
La tarea fue encomendada a un grupo de trabajadores de la cooperativa San Cayetano del barrio Guadalupe Oeste. Los canalones son fabricados por los mismos trabajadores que están realizando la colocación de las estructuras sobre el espacio verde.
Se trata de grupos de personas que se encontraban desempleadas y que a través del Programa de Trabajo y Empleo, y en el marco del Programa Puente, reciben asesoramiento en las cuestiones organizativas y administrativas de una empresa. “Son cooperativas que ya han tenido experiencias en viviendas y a partir de esta propuesta nosotros pudimos volver a incorporarlos. La cooperativa está compuesta entre 15 y 20 personas”, contó Mariano Cejas.

Canalones
Los canalones son módulos de hormigón fáciles de transportar: no pesan más de 45 kilos, tienen un armazón de hierro y 50 centímetros de largo. Se colocan en zanjas a cielo abierto y presentan varias ventajas: son fáciles de limpiar, perduran en el tiempo -no se desmoronan-, no se obstruyen, permite mantener la cuneta seca cuando no hay lluvias y evitan que permanezca el agua estancada, solucionando problemas de limpieza y malos olores.